En el 2012, hace diez años, Gasteiz fue declarada Capital Verde Europea. Como ese nombramiento, para el PNV, siempre ha sido una marca a explotar política y electoralmente, el Ayuntamiento ha querido celebrar el aniversario por todo lo alto, sin aplicar los severos recortes que, desde hace años, vienen sufriendo otros sectores de la vida ciudadana, incluidas aquellas actividades artísticas más modestas y locales, pero no por ello menos interesantes, creativas o enriquecedoras para la cultura de la ciudad. La estrella de la celebración fue ZAZ, una cantante francesa muy cotizada en el panorama musical europeo. El montaje del evento ha costado a las arcas públicas un total de 190.000 euros, mucho más que los cinco conciertos que se celebraron en la Plaza de Los Fueros durante las fiestas de La Blanca. Y aunque el dinero no procede del presupuesto de Cultura sino de Alcaldía, resulta evidente que para lo que se quiere sí hay recursos y voluntad política para que los haya. El hecho suscita preguntas y un serio debate sobre el mercantilismo y la cultura consumista, pero hay dos que me inquietan: ¿un aniversario de diez años es cómo para hacer tanto dispendio? La más importante: ¿si el 2023 no fuese año de elecciones municipales, el PNV lo hubiera celebrado así o solo con un ágape institucional?