GARA
SHARM EL SHEIJ

La ONU señala la responsabilidad de EEUU, China y las empresas energéticas

«Estamos en la autopista al infierno climático y todavía tenemos el pie sobre el acelerador», advirtió el secretario general de la ONU, António Guterres, en la COP27, señalando la especial responsabilidad de EEUU y China para que la cumbre pueda alcanzar un «pacto de solidaridad universal», en el que también involucró a las empresas energéticas.

António Guterres, en la cumbre COP27.
António Guterres, en la cumbre COP27. (Fayez NURELDINE | AFP)

Al reclamar a la comunidad internacional «un pacto universal de solidaridad climática» entre economías ricas y pobres y emergentes, el secretario general de la ONU, António Guterres, señaló ayer la especial responsabilidad de Estados Unidos y China para hacer este pacto una realidad en la Conferencia sobre el Clima COP27 que se desarrolla en la ciudad egipcia de Sharm El Seij.

Los líderes de las dos economías más grandes del mundo y principales emisores de gases de efecto invernadero, sin embargo, no estuvieron en el inicio de la cumbre. A Joe Biden no se le espera hasta el viernes por las elecciones en EEUU, mientras que la negativa de Xi Jinping a acudir a la cumbre se produce después de que China suspendiera las negociaciones bilaterales sobre el cambio climático con EEUU en agosto, una de las represalias por el conflicto sobre Taiwán.

India, otro de los países más contaminantes del mundo, tampoco ha confirmado aún la asistencia de su primer ministro, Narendra Modi, mientras que la delegación india tratará de abordar la financiación climática para los países en desarrollo, así como quitarse presión -al igual que China- para abandonar el uso del carbón.

«La humanidad tiene que elegir: un pacto solidario o ir a un suicidio colectivo progresivo», alertó Guterres. «Estamos en la autopista hacia el infierno climático y todavía tenemos el pie sobre el acelerador», añadió. Un aviso que recuerda la cercanía del punto de no retorno que hace que los daños climáticos son ya irreversibles.

El calentamiento global y sus consecuencias se han acelerado en los últimos ocho años y con las actuales políticas el planeta se encamina a una catastrófica temperatura media 2,8ºC por encima de los niveles preindustriales, cuando el objetivo era +1,ºC.

Incluso cumpliendo los compromisos firmados en cumbres anteriores, las emisiones de gases de efecto invernadero seguirán creciendo entre un 5% y un 10% en 2030 cuando el objetivo era reducirlas un 45%. «El clima ya ha cambiado drásticamente. La mitad de la humanidad está en la zona de peligro», insistió el secretario general, que apuntó que las comunidades vulnerables en los puntos críticos del clima son sorprendidas por desastres climáticos en cascada sin ningún medio de alerta previa. Precisó que esta situación afecta a las personas en África, el sur de Asia, América del Sur y Central y los habitantes de los pequeños Estados insulares, que tienen 15 veces más probabilidades de morir a causa de los desastres climáticos y son precisamente aquellos que menos han contribuido a la crisis climática los que corren más riesgo y están menos protegidos.

Impuestos a las energéticas

Guterres solicitó a la comunidad internacional una inversión inicial de unos 3.100 millones de euros para poner en marcha un Plan de Acción de alerta temprana de aquí a cinco años y del que ahora carece la mitad del planeta y que permitiría reducir un 30% los daños.

También reclamó a todos los Gobiernos la implantación de impuestos sobre los beneficios extraordinarios obtenidos por las empresas de energías fósiles y reorientar ese dinero «para la gente que sufre con el alza de los precios de la energía y de los alimentos, y para los países que sufren pérdidas y daños causados por la crisis climática.

Para Guterres, obtener «resultados concretos» en las indemnizaciones a los países en desarrollo que sufren las consecuencias del cambio climático medirá «el compromiso de los Gobiernos en el éxito de la COP27».