Amparo LASHERAS
Periodista
AZKEN PUNTUA

La escuela de Bad Harzburg

No es un secreto que después de la II Guerra Mundial y en los primeros años de la Guerra Fría, EEUU y otros gobiernos europeos reclutaron los servicios de antiguos nazis. En la batalla ideológica y económica contra la Unión Soviética todo estaba permitido, incluso olvidar el pasado de importantes colaboradores del Tercer Reich si su trabajo resultaba útil en la ofensiva que libraban las nuevas democracias contra el comunismo. Los reclutamientos se hicieron sobre todo en el campo de la ciencia, en las universidades y en las instituciones militares, además de los servicios secretos o el espionaje. Y por lo visto también en el mundo empresarial. El historiador francés Johann Chapoutot, acaba de publicar “Libres para obedecer”, un ensayo en el que demuestra que la estructura de la actual empresa se fundamenta en el modelo de la Alemania de Hitler. Según cuenta, Reinhard Höhn, general de la SS, ideólogo y alto funcionario del Tercer Reich, al terminar la guerra, aunque pudo librarse con papeles falsos de los juicios contra los nazis, en 1956, ya con su nombre, se le permitió crear en Bad Harzburg una escuela de negocios donde, durante décadas y siguiendo el modelo de gestión del nazismo, se han formado las élites económicas y empresariales de Europa. De una u otra manera nunca se fueron.