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LIMA

La abrupta caída de Pedro Castillo: de disolver el Congreso a la cárcel

Pedro Castillo quiso dar un puñetazo en el tablero y la apuesta le salió mal. Ha sido destituido y apresado. Lo hizo cuando estaba acosado por una derecha que siempre buscó cargárselo. La vicepresidenta Dina Boluarte, primera mujer en asumir la presidencia de Perú, le reemplaza.

Arzobispo de Lima bendice a Dina Boluarte.
Arzobispo de Lima bendice a Dina Boluarte. (Luis IPARRAGUIRRE | AFP)

Resulta inexplicable. ¿Cómo puede un presidente lanzarse a anunciar el cierre del Congreso sin tener respaldo para sostener esa decisión? Lo hizo el ya expresidente de Perú, Pedro Castillo, en lo que fue un suicidio político televisado. Anunció un «gobierno de emergencia excepcional» que no duró nada. Tres horas después de su intento de disolver inconstitucionalmente el Congreso, Castillo era destituido y detenido. El Congreso votaba su destitución y el resultado estaba cantado. Castillo abandonó el Palacio de Gobierno. Circuló el rumor de que iba a la embajada de México a pedir asilo, pero fue detenido y llevado a una comisaria. Su derrota estaba consumada. Le espera un proceso penal por intentar dar un golpe de Estado, un delito que tiene una pena de entre 10 y 20 años.

Se quedó solo tras de su anuncio. Sus ministros comenzaron a renunciar uno tras otro denunciando un golpe de Estado. Todas las instituciones rechazaron el intento golpista lanzado desde el Ejecutivo. Y todas las incertidumbres se disiparon cuando los militares se pronunciaron anunciando -a diferencia de lo que hicieron con el golpe de Alberto Fujimori- que no obedecerían su decisión de cerrar el Congreso. La derrota de Castillo estaba consumada.

Boluarte pide tregua

Caído Castillo, la vicepresidenta Dina Boluarte asumió la presidencia ante el Congreso. «Como todos conocemos se ha producido un intento de golpe de Estado», comenzó en su primer mensaje como presidenta justo después de jurar su cargo.

«Solicito una tregua política para instalar un gobierno de unidad nacional», pidió a los congresistas que acosaron sin tregua al gobierno de Castillo. «Solicito -agregó- un plazo, un tiempo valioso, para rescatar a nuestro país de la corrupción y el desgobierno».

Está por ver si la derecha que apostó por la desestabilización le dará esa tregua. Boluarte era poco conocida hasta que llegó a la vicepresidencia de la mano de Castillo. Hace unos meses fue expulsada de Perú Libre (PL), el partido que llevó a Castillo al gobierno. Asume la presidencia sin un partido que la apoye, sin bancada propia, enfrentada a PL y con una derecha parlamentaria dispuesta a todo para defender sus intereses.