Aritz INTXUSTA
IRUÑEA

«Paseaban a la Macarena con el fajín de Queipo de Llano puesto»

El bisabuelo Paqui Maqueda es un desaparecido. Su hermano mayor también. Se lo robaron a su madre al nacer. Un vídeo donde se enfrenta a la familia de Queipo de Llano durante su exhumación ha puesto el foco sobre esta militante de amplia trayectoria.

(Iñigo URIZ | FOKU)

La familia de Queipo de Llano buscó la oscuridad de la madrugada para sacar al genocida de debajo de la virgen de la Macarena. «¡Viva Queipo!», gritaron. En la otra acera una mujer reventó el ultraje. En un vídeo se le escucha nombrar con voz rota a las víctimas de Queipo y la fosa de Pico Reja. «¡Honor y gloria para las víctimas del fascismo!», proclamó. Les calló. Era Paqui Maqueda. Visitó Iruñea de la mano de Sanfermines del 78 Gogoan.

Quizá con otros militares pueda existir controversia. No con Queipo. Fue un monstruo, un criminal de manual. Ahí quedan sus arengas de radio llamando a violar a las viudas republicanas.

Un monstruo que, sin embargo, ha estado 71 años en la Basílica de la Macarena con total impunidad. Eso es lo que hay que subrayar. Esa noche también estaban amparados o creían estar amparados por la impunidad.

¿Por qué la vimos tan sola aquella noche?

Nunca estoy sola, aunque se me viera así. Las dos semanas previas pedimos al Gobierno transparencia a través de dos comunicados. No nos hicieron caso. Fui sola porque eran las 12.30 de la noche. Me llamó una amiga que está buscando a su abuelo en la fosa común de Pico Reja, donde hay 1.700 personas. Está a solo un kilómetro de la basílica. Teníamos el compromiso de llamarnos a la hora que fuera. Acudí con la actitud de ser testigo. Quería asistir a este momento después de tanto trabajo, de tanto compromiso, después de haber logrado en Sevilla un músculo asociativo memorialista importante.

Acabó protagonizando el momento. Dignificó lo indigno.

Yo no podía haber gritado si me supiera sola. Tengo detrás un discurso, un movimiento memorialista y a mis familiares que son los que hablaron por mí. Lo tengo clarísimo. En ese momento serví el canal para mis familiares, para mi bisabuelo desaparecido. En el vídeo se ve que me sale de la barriga, que no preparé nada, que no pensaba hablar. Pero señalé a los responsables, a Queipo y a Bohórquez. No olvidemos a Bohórquez. Salió un discurso que es mío, pero que yo lanzo en colectividad con las asociaciones desde hace más de 20 años. Por eso te digo que en las imágenes se me ve sola, pero sola no estaba.

Sevilla cae lejos de Euskal Herria. ¿Dónde estaban Queipo y el general Bohórquez?

La virgen de la Macarena tenía a sus pies a los muertos. Tapado con una alfombra estaba Bohórquez, que lo vi yo. ¡Pero si la Hermandad sacaba a la Macarena con el fajín de Queipo de Llano puesto! La paseaban por San Julián, el último bastión antifranquista que cayó, el barrio del rojerío de Sevilla. Hasta 2008 la sacaron así. Los memorialistas dijimos que con la Ley de Zapatero aquello no se podía hacer. Si no lo decimos, no le quitan el fajín del genocida. Ahí se retrata bien la Iglesia cómplice y colaboracionista que tenemos. Hay quien dice que la Iglesia esos símbolos no los tiene que eliminar, para que se sigan retratando. No estoy de acuerdo. Para mí prevalece la ofensa que suponen. Cuando sacaron a Queipo entró a esa basílica gente con pañoletas republicanas. Eran macarenas y macarenos que no habían entrado porque la virgen tenía a sus pies al hombre que mató a su abuelo. En Sevilla la religiosidad popular alcanza a la gente roja. Es así. Esas pañoletas en la basílica fueron un acto curativo.

El fascismo no dejó aquí cruces gamadas, sino cruces corrientes. ¿Entiende a los católicos que se enojan por su eliminación?

No hay debate. Si las cruces se erigieron en honor del fascismo, hay que quitarlas. Toda simbología fascista ofende, porque exhibe la impunidad que han tenido. ¿Nos creemos que todo ha sido aquí modélico? ¿Que la Transición fue modélica ? Hubo 19 muertos en la Transición en Andalucía. ¡Pero si Chato Galante se nos ha muerto sin que le reconozcan como víctima! ¡Si nos hemos tenido que ir a Argentina para que una jueza nos escuche! La deuda pendiente que atraviesa este Estado es la de la justicia.

¿Qué se puede hacer?

Reparar es fácil. Muchas cosas no cuestan un duro. Dictar que la gente represaliada son hijos predilectos del pueblo donde nacieron no cuesta nada y repara, sana. En Andalucía se han abierto 50 fosas comunes y hay más de 700. En la de Pico Reja había 1.700 persona, a 20 centímetros del suelo nada más, con las manos atadas con alambres y las nucas rotas por las balas. En esto pensaba cuando gritaron «¡Viva Queipo!». No iba a hablar, pero grité. No lo pude permitir.