GARA
KABUL

Los talibán prohíben a las mujeres no solo estudiar sino trabajar en ONGs

Responsables de Naciones Unidas y decenas de ONGs que operan en Afganistán se reunieron ayer para debatir qué hacer después de que los talibanes hayan prohibido a las mujeres trabajar en ellas. La orden se suma al reciente veto a la educación universitaria femenina. Quien anticipaba que los talibán habían cambiado tras su vuelta al poder andaba algo errado.

Mujeres afganas en la parte trasera de un carro en Kandahar.
Mujeres afganas en la parte trasera de un carro en Kandahar. (Naveed ANVEER | AFP)

Mientras Occidente se preparaba para celebrar la Nochebuena, el ministro afgano de Economía, Qari Din Mohammad Hanif, ordenaba a todas las ONGs que operan en el país despedir a todas sus trabajadoras. La orden de prohibir a las mujeres ejercer estos trabajo ha sido justificada aduciendo que no estarían cumpliendo con las leyes islámicas al no usar velo.

En Afganistán se obliga a las mujeres a cubrirse en rostro y todo el cuerpo y el uso del burka está muy extendido, sobre todo en zonas rurales.

Esta nueva condena a la libertad de las mujeres afganas se produce pocos días después de que los talibanes excluyesen a las mujeres de la universidad, una orden que sucede y complementa la prohibición a la educación secundaria femenina impuesta desde que los talibanes volvieron al poder en agosto de 2021.

La nueva orden, que no precisa si será de aplicación al personal femenino extranjero, amenaza con cancelar las licencias para trabajar en el país en caso de incumplimiento.

La responsable de una ONG ha asegurado desde el anonimato que no habían recibido disposición gubernamental alguna sobre la manera de vestir de sus trabajadoras.

Tapiwa Gomo, responsable de información de la Oficina de coordinación de cuestiones humanitarias de la ONU, anunció una reunión ayer del Equipo Humanitario del País (HCT), que agrupa a decenas de ONGs nacionales y extranjeras. Sobre la mesa, la decisión de suspender todo trabajo de ayuda en Afganistán.

Millones de personas dependen de la ayuda humanitaria de donantes internacionales a través de una vasta red de ONGs. Más aún, miles de familias dependen de sus trabajadoras, en un país en el que la mujer tiene prohibido trabajar en organizaciones gubernamentales.

«¿Para qué Dios hizo a la mujer..?».

«Yo habría preferido que Dios no hubiera creado a las niñas», llora Marwa, a la que le faltaban unos meses para convertirse en la primera mujer de su familia en ir a la universidad. Ahora ve que su hermano, un año menor, va a ir sin ella, que tendrá que quedarse en casa.