GARA
MOSCÚ

Kiev ataca por segunda vez una base rusa a 600 kilómetros del frente

Al menos tres militares rusos murieron en el ataque de drones ucranianos a una base rusa a 600 kilómetros del frente, la segunda operación de este tipo contra la misma instalación. A la vez, Moscú anunció la «eliminación» de un grupo armado de saboteadores ucranianos que entró en territorio ruso.

Un edificio destruido por bombardeos en la ciudad de Liman, en la región de Donetsk.
Un edificio destruido por bombardeos en la ciudad de Liman, en la región de Donetsk. (Saamer AL-DOUMY | AFP)

El ataque con un dron a la base aérea de Engels, en la región rusa de Saratov y a unos 600 kilómetros del frente ucraniano, dejó al menos tres muertos y supone la segunda operación de este tipo llevada a cabo este mes.

Las autoridades rusas atribuyeron la muerte de tres militares rusos en este ataque a la caída de los restos de un dron ucraniano y aseguraron que la infraestructura no fue alcanzada.

«Éstas son las consecuencias de lo que Rusia está haciendo en nuestro país. Si los rusos pensaban que la guerra no les afectaría en su retaguardia, se equivocaban», afirmó un portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana sin llegar a asumir de forma explícita la autoría.

«Este tipo de cosas están ocurriendo cada vez con más frecuencia y esperamos que esto sea positivo para Ucrania», agregó.

El pasado 6 de diciembre, esta misma base de Engels, que alberga bombarderos estratégicos rusos, fue atacada por drones ucranianos, según Moscú, lo que demuestra la capacidad de ciertos dispositivos ucranianos para burlar las defensas antiaéreas rusas y penetrar cientos de kilómetros en territorio ruso. Ese mismo día, los drones ucranianos también atacaron la base Diaguilevo, en la región rusa de Riazan, vecina de la de Moscú.

Saboteadores

La agencia de Inteligencia rusa, el FSB, afirmó, además, que eliminó a un grupo de saboteadores ucranianos que había intentado ingresar el domingo en territorio ruso, en la región de Briansk, fronteriza con Ucrania. Según el FSB, este grupo pretendía «cometer actos de terrorismo y sabotaje», y estaba equipado con metralletas SIG Sauer de fabricación alemana, dispositivos de comunicación y «cuatro artefactos explosivos improvisados».

Rusia ha acusado a Kiev de numerosos ataques a instalaciones militares e importantes infraestructuras en los últimos meses. Los legisladores rusos advirtieron la semana pasada de las crecientes amenazas «terroristas» incluso por parte de extranjeros, al aprobar una nueva ley que establece largas penas de prisión para los saboteadores.

Ni Kiev ni sus aliados han confirmado nunca su participación en los ataques en territorio ruso ni en otros como la destrucción de parte del Puente de Crimea o los sabotajes a los gasoductos Nord Stream, pero Moscú ha replicado multiplicando los ataques contra la infraestructura energética de Ucrania que han dejado a millones de civiles con solo unas pocas horas de electricidad al día y cortes en la calefacción y el agua corriente.

A la vez, continúan los bombardeos y combates, sobre todo sobre un centenar de localidades a todo lo largo de la línea del frente, especialmente en las direcciones de Kupyansk, Liman, Bajmut y Avdiivka, en la región de Donetsk, pero también en Zaporiyia y Jerson.