Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
BROKER

Cuatro en la carretera

Hirokazu Kore-eda ha incidido nuevamente en algunas de las claves sobre las que se asienta su filmografía. Mediante un estilo cristalino y rotundo, el maestro japonés incide en el universo familiar para desarrollar una historia muy compleja en su esencia, el mercado ilegal de recién nacidos, y compone una odisea humana en clave de road movie protagonizada por unos personajes que, sobre todo en lo que podría concernir a los dos roles masculinos, no contarán con el apoyo inicial del espectador. Escenificado en Corea del Sur, el filme arranca cuando una joven decide abandonar a su hijo recién nacido a las puertas de una iglesia. El bebé será recogido por dos individuos que se dedican a robar recién nacidos que han sido abandonados para venderlos posteriormente al mejor postor. No obstante, la joven decide recuperar a su hijo y en su trayecto descubre el negocio al que se dedican quienes robaron al suyo. De esta forma, ella decidirá sumarse al negocio y, de esa manera, buscar a los padres que consideraría apropiados para los recién nacidos.

Conceptos familiares

Con estos mimbres, Kore-eda realiza un trabajo de gran complejidad emocional y dota al conjunto de una luminosidad mucho más evidente que en propuestas anteriores suyas como “Un asunto de familia”.

“Broker” alterna lo aparentemente disparatado con la profundidad humana que nos revela su argumento, dentro de un equilibrio constante que a ratos deja al espectador fuera de juego. Aquí radica la maestría que atesora el director, logrando que su filme no naufrague en la sensiblería gracias a la sutileza que demuestra a la hora de mostrar las luces y sombras de sus personajes.