En su plan por alcanzar la «paz total» en Colombia, el presidente colombiano, Gustavo Petro, anunció un cese el fuego bilateral con el ELN, Segunda Marquetalia, Estado Mayor Central, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y el grupo Sierra Nevada.

Se extenderá hasta el 30 de junio y podría prorrogarse según los avances en las negociaciones.

El presidente explicó que el objetivo principal será «suspender la afectación humanitaria» de la población y, en particular, de las comunidades étnico-territoriales y campesinas.

El Gobierno de Petro determinará la duración y las condiciones del cese el fuego en un decreto específico por cada una de las organizaciones. Según el senador Iván Cepeda, el Gobierno propone «un trato indulgente desde el punto de vista judicial» a cambio de su desmantelamiento.

La Misión de Verificación de la ONU, la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la OEA, la Defensoría del Pueblo y la Iglesia Católica se encargarán de monitorizar el cese el fuego que, por el momento, no se extiende a otras organizaciones, aunque el Gobierno se ha comprometido a revisar otros ceses unilaterales, como parte del compromiso de la «paz total».

«Este es un acto audaz. El cese bilateral de fuego obliga a las organizaciones armadas y al Estado a respetarlo», afirmó Petro. «La paz total será una realidad. Es mi deseo en este final de año que sea posible la paz», añadió.

El Gobierno y el ELN reiniciaron en noviembre negociaciones de paz en Caracas y tienen previsto retomar las conversaciones este mes en México. A la vez se llevan a cabo «diálogos exploratorios» con los grupos Segunda Marquetalia y Estado Mayor Central, disidencias de las FARC.

Las AGC están formadas por paramilitares de ultraderecha desmovilizados a comienzos de los años 2000 y que trabajan para el Clan del Golfo, principal grupo narcotraficante colombiano.

Según la ONG Indepaz, más de 90 grupos políticos y criminales operan en Colombia con unos 10.000 combatientes armados.