Edurne LEKUNBERRI URMENETA
Equipo de trabajadores y trabajadoras de la Escuela Infantil Donibane
KOLABORAZIOA

Aumento de la oferta de plazas en las escuelas infantiles de Pamplona-Iruña

Aunque parezca mentira, a día de hoy, todavía hay quien no se ha enterado del clamor con que hemos reivindicado en la calle, una disminución de ratios en las aulas de 0-3 años; lo más grave, no es que alguien no se haya enterado, sino que precisamente, quien puede tomar cartas en el asunto, haga oídos sordos a este estruendo y nos venga con una propuesta de subida de ratios para el próximo curso.

En las escuelas infantiles municipales de Pamplona-Iruña, históricamente, hemos hecho agrupamientos un poco diferentes a los que se hacen en otras escuelas de Navarra. De esta manera, conseguimos que las diferencias de edad en una misma aula sean de menos de un año, y sí, nuestras ratios son un poco más bajas que en otras escuelas públicas. Sin embargo, en ningún momento se ha incumplido el Decreto Foral que regula este ciclo educativo, ya que este marca cuál ha de ser el número máximo de niños y niñas por educador, y esto nunca se ha incumplido.

No obstante, en aras al cumplimiento del mencionado Decreto, y a la equiparación de ratios en todas las escuelas públicas de Navarra, recientemente nos ha sido trasladada una propuesta de oferta educativa, que aumentaría en más de 100 el número de plazas en las escuelas infantiles municipales de Pamplona-Iruña. Nos parece una buenísima idea esta de aumentar las plazas públicas en el 0-3, pero la solución no puede pasar por masificar las escuelas ya existentes, sino por abrir nuevos centros donde atender a las criaturas con toda la calidad y calidez que merecen. Lo más doloroso es que esta propuesta llegue desde el propio Organismo Autónomo de Escuelas Infantiles que, si actuara de manera coherente con la Línea Pedagógica vigente, debería defender firmemente, como mínimo, las condiciones actuales en sus escuelas.

Para equiparar ratios e ir, poco a poco, cumpliendo la promesa de acercar nuestras ratios a las europeas, lo más lógico sería que el resto de escuelas públicas de Navarra aplicaran lo que en Pamplona-Iruña hace tiempo que tenemos, y a partir de ahí, ir reduciendo paulatinamente el número de niños y niñas por educadora. No parece que tenga mucho sentido comenzar el camino caminando en la dirección opuesta a la que los dirigentes del Gobierno de Navarra se han comprometido.

Somos muy conscientes de que a las familias les asiste el derecho de poder conciliar su vida laboral y familiar y que, en gran medida, esta es una de las funciones que las escuelas infantiles cumplimos en la sociedad; sin embargo, este derecho a la conciliación no puede menoscabar los derechos de los niños y niñas a ser atendidas y acompañadas en unas condiciones óptimas en esta etapa de su vida que marcará su presente y su futuro como personas.

Tal vez, como sociedad, debiéramos hacer una reflexión profunda, en un momento en el que tanto se reivindica el bienestar animal (lo cual es muy legítimo) y se mira hacia otro lado cuando se pone en cuestión el bienestar y el buen trato a las crías humanas, cuando se propone que se masifiquen las aulas en el ciclo 0-3.