Dinamarca hizo historia al lograr su tercer Mundial consecutivo, algo que ninguna selección había conseguido hasta ahora, venciendo en una final trepidante y de un ritmo frenético a Francia (29-34).

La escuadra escandinava desplegó un potencial ofensivo y una profundidad de banquillo que fueron infranqueables para los bleus, quienes consiguieron igualar la contienda al inicio del segundo periodo (17-17), pero tuvieron que rendirse finalmente al poderío del imparable Lauge -diez dianas-, Pytlick, Gidsel y compañía.

No fue hasta que se llegó a falta de dos minutos para la conclusión cuando se vislumbró el triunfo nórdico. Un gol de Pytlick y un penalti parado por Landin al hasta entonces infalible Richardson inclinaron la balanza del lado de una Dinamarca que no pierde un partido mundialista desde hace seis años.

El bronce se lo colgó España, con participación de los vascos Kauldi Odriozola, Iñaki Peciña e Imanol Gartziandia, tras vengarse de la anfitriona Suecia por la última final del Europeo (29-34).