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WASHINGTON-PEKÍN

Tensión máxima en las relaciones entre EEUU y China por el «globo espía»

EEUU y China afrontan su crisis diplomática más grave de los últimos meses después de que la detección de un globo chino -que Washington vincula con labores de espionaje- sobrevolando territorio estadounidense y su derribo hayan tensado al máximo la relación entre ambos países. Pekín protestó por la «sobrerreacción» de EEUU.

Momento en el que un misil estadounidense derriba el globo chino.
Momento en el que un misil estadounidense derriba el globo chino. (J. GRANITA | ZUMA PRESS)

Mientras China sigue manteniendo que el globo era un artefacto de uso civil y acusa a EEUU de sobreactuar, EEUU sigue defendiendo el derribo del aparato por aviones de combate, al tiempo que los republicanos arrecian en sus críticas al presidente, Joe Biden, al considerar que se debería haber reaccionado antes. La tensión entre ambas potencias es máxima tras la detección y destrucción del globo que Washington está convencido de que tenía como objetivo «vigilar sitios estratégicos». Igual que el otro globo chino que, señaló EEUU y confirmó Colombia, sobrevuela estos días América Latina. Todos estos artefactos, según EEUU, son parte de una flota de globos de China desarrollada para realizar operaciones de vigilancia.

Tras estas acusaciones, Pekín expresó ayer su profunda «insatisfacción y protesta» al considerar que Washington «sobrerreaccionó» por usar la fuerza para derribar el globo. Insiste en que era de «carácter civil» y que entró en EEUU «de manera accidental».

Después de unos meses intentando acercar posturas, el globo ha desencadenado una nueva crisis diplomática entre Washington y Pekín y ha motivado la suspensión del viaje que el secretario de Estado, Antony Blinken, tenía previsto hacer a China ayer y hoy.

Una visita que iba a producirse después de la reunión que Xi Jinping y Biden mantuvieron en Bali (Indonesia) en noviembre pasado, en su primer cara a cara presencial desde que el estadounidense llegó al poder en enero de 2021.

Ese encuentro sirvió para escenificar un acercamiento entre ambos con la meta de impedir que su rivalidad desemboque en un conflicto abierto, aunque ambos fueron firmes con sus líneas rojas, sobre todo respecto a Taiwán.

Todo ello después de que durante su mandato Donald Trump declarara la guerra comercial a China imponiendo aranceles a sus productos.

Tras la frenética jornada del sábado, con tres aeropuertos cerrados, varios aviones militares sobrevolando las costas de Carolina del Sur y un misil explotando finalmente el globo, ayer era el turno de las críticas de los republicanos al Gobierno de Biden por su tardanza en derribar el globo.

Críticas republicanas

El senador republicano Rand Paul, miembro del Comité de Asuntos Gubernamentales y Seguridad Nacional del Senado, cuestionó si los estadounidenses están «bien protegidos» por esta Administración, ya que, según el Gobierno, el aparato entró en espacio aéreo de EEUU por Alaska el 28 de enero, el día 30 pasó a Canadá y el día 31 volvió a EEUU. A juicio de Paul, lo que China ha obtenido es «una gran cantidad de información sobre cuán lenta es la Administración de Biden en su respuesta» y «esto nos hace muy débiles a los ojos de nuestro enemigo».

Para el también senador republicano Marco Rubio, China ha enviado al mundo en mensaje de que «pueden volar un globo sobre el espacio aéreo de EEUU» y que no pase nada durante días. «Quieren hacer creer al mundo que ellos son la nación más poderosa y que EEUU es una gran potencia en declive», añadió.

La existencia de un globo chino sobrevolando Montana, donde se encuentra uno de los tres campos de silos de misiles nucleares del país, la confirmó el Pentágono el jueves.

China admitió después que el globo le pertenecía, aunque aseguró que era un dirigible civil utilizado con fines de investigación meteorológica, versión que no cree EEUU.

El Departamento de Defensa explicó el sábado que, tras detectarlo y comprobar que no suponía ninguna amenaza civil ni militar, se exploraron posibles opciones de actuación. Biden optó por esperar hasta que el globo -del tamaño de tres autobuses- llegara al océano para derribarlo.