Ariane KAMIO
EL CINE VASCO EN LOS GOYA

Los premios Goya y el entusiasmo de la cinematografía vasca

A pesar de contar con numerosas nominaciones, las producciones vascas candidatas a los Goya recibieron menos premios de lo esperado. Sin embargo, la calidad de los filmes vascos vuelve a constatar el gran nivel cinematográfico que existe en Euskal Herria. La siguiente cita con la Historia la marcará Estibaliz Urresola, que el día 22 acudirá a la Berlinale con su nueva propuesta.

Laia Costa se llevó el Goya a Mejor Actriz Protagonista por su interpretación en «Cinco Lobitos».
Laia Costa se llevó el Goya a Mejor Actriz Protagonista por su interpretación en «Cinco Lobitos».

A Euskal Herria regresan menos “cabezones” de los que hubieran sido posibles, pero ello no resta la calidad con la que llega a las carteleras el cine vasco. Nada más lejos de la realidad. Las producciones vascas muestran un músculo que ha ido forjándose durante años y cuenta con películas sublimes que han tenido una gran acogida ante el público.

“Cinco lobitos", de la gasteiztarra Alauda Ruiz de Azúa, puede ser un claro ejemplo de ello. La propuesta de la directora alavesa inició su recorrido a principios del año pasado con su paso por el festival de cine de Berlín, y desde entonces ha sido un no parar. Coincidió además con otra propuesta femenina, “Alcarrás”, de Carla Simón, que consiguió en la misma edición el Oso de Oro del certamen. Cine hecho por mujeres, una constante que también se repitió durante la gala del sábado en el Auditorio Andalucía de Sevilla.

El cuidado de otras personas es el eje central de la película dirigida por Ruiz de Azúa. Una mujer en el centro de los cuidados, y de forma vertical. La exigencia social y personal hace añicos a su protagonista, interpretada por una espectacular Laia Costa, que se hizo el sábado con el Goya a la Mejor Interpretación Femenina (fue una de los tres galardones que consiguió la película, a pesar de contar con un total de once nominaciones). «Las mujeres asumimos la ausencia (de nuestros hijos) mientras estamos trabajando. Mucha gente me ha parado en la calle para decirme que, tras ver la película, ha tenido la necesidad de llamar a sus familiares. Ojalá tras este premio la gente vea esta película y esas llamadas se hagan».

La directora también tuvo su recompensa en esta edición, ya que recibió el premio a la Mejor Directora Novel, y también aprovechó la ocasión para lanzar un alegato a la importancia de la familia: «Gracias a mi familia por educarme en el amor al cine, a la cultura, y a mi hijo Daniel, por enseñarme que nunca es tarde para ser entusiasta».

La tercera coronación de la noche para “Cinco lobitos” llegó de la mano de su actriz de reparto, Susi Sánchez, quien, al recibir el premio, hizo alusión a la desigualdad entre mujeres y hombres también en el mundo del cine. «Esta película nos ha dado mucha fuerza a las mujeres. Nuestra participación está creciendo en el cine, pero necesitamos abrir puertas. Y somos la mitad y os necesitamos a vosotros. Hasta ahora solo se nos han abierto la puerta de la habitación y de la cocina. Compañeros, tenemos la necesidad de trabajar codo con codo con vosotros».

Reivindicación

Si por algo se caracteriza el cine vasco es por su carácter reivindicativo. Y eso puede levantar ampollas en algunos sectores. Lo vimos la semana pasada con Vox, quien puso en el punto de mira la propuesta dirigida por Fermin Muguruza “Black is Beltza II: Ainhoa” -que, por cierto, arrasó en la proyección del Velódromo dentro de Zinemaldia y tuvo una buena acogida en taquilla y que este fin de semana ha recibido un sinfín de apoyos-. Viejos discursos para nuevos tiempos. La película no consiguió alzarse con el Goya a la Mejor Película de Animación -que fue a parar a manos de la producción vasca “Unicorn Wars”-, pero hubo guiños de solidaridad tanto en las redes sociales como en el propio escenario del Auditorio de Sevilla. Fueron los compañeros del cortometraje “Maldita. A Love Song to Sarajevo”, de Amaia Remírez y Raúl de la Fuente, quienes enviaron un mensaje de ánimo para “Black is Beltza” y dedicaron su premio al desaparecido periodista navarro David Beriain.

Pero no fue la única reivindicación que pisó el escenario. El zumaiarra Telmo Irureta obtuvo su recompensa por su interpretación en “La consagración de la primavera”, de Fernando Franco, una cinta que aborda un tema del que apenas se trata en la sociedad actual. El derecho a la sexualidad de las personas con discapacidad.

El galardón lo recogió además de la mano de su tía y también actriz Elena Irureta, y el particular humor del actor no quedó relegado durante el “minuto” de agradecimiento con el que contaron los ganadores. «Estoy muy contento y algo bloqueado», señaló para, a renglón seguido, mostrar su agradecimiento tanto al director como al reparto de la película. «Y gracias a David, mi personaje, que es un guiño a las personas con discapacidad y a su sexualidad, porque nosotros también existimos y también follamos. Brindemos por un cine más inclusivo y con cuerpos diferentes».

“Irati”, Ramón Barea, “Suro”

Sí, Irati pudo haber merecido más. La última película dirigida por Paul Urkijo regresaba a casa de vacío a pesar de contar con cinco nominaciones en las categorías de Mejor Guion Adaptado, Mejor Música Original, Mejor Canción Original, Mejor Diseño de Vestuario y Mejores Efectos Especiales. Nada. La superproducción vasca que está a punto de llegar a las salas comerciales no obtuvo recompensa alguna. Aunque sea uno de los filmes que mayores expectativas haya generado, que aún no se haya podido ver en salas quizás fuera una de las mayores penalizaciones para Urkijo. Pero no se preocupen, que quedan pocos días para poderla ver en la gran pantalla. Más si cabe para los suscriptores de NAIZ, que podrán visionarla en primicia en un pase que se realizará el día 17 a las 19.30 en los cines Golem de Iruñea.

Qué decir de Ramón Barea. Su espléndida interpretación en la cinta vasca “Cinco lobitos” lo llevó por primera vez a los premios Goya, recibiendo su primera nominación en los premios de la Academia española en la categoría de Mejor Actor de Reparto, a pesar de contar con una muy extensa trayectoria a sus espaldas. Ya lo decía el actor vizcaino horas antes de acudir a la cita sevillana, que eso de competir con otros compañeros no lo llevaba demasiado bien y que prefería que el título se lo concedieran a otro candidato. Dicho y hecho. Al final fue el gran Luis Zahera, por su papel en “As bestas”, gran vencedora de la noche, quien se adjudicó la estatuilla.

Otro que se fue de vacío fue “Suro”, del donostiarra Mikel Gurrea. La cinta se estrenó en la Sección Oficial del pasado Zinemaldia, un viaje sensorial a la campaña del corcho en Catalunya, pero tampoco hubo suerte. Alauda Ruiz de Azúa se quedó con el Goya a la Mejor Dirección Novel por el que competía también Gurrea y Vicky Luengo, protagonista de la cinta, tampoco recibió el Goya a Mejor Actriz Protagonista, que en este caso fue a parar a manos de Laia Costa.

De Sevilla a Berlín

Si Alauda Ruiz de Azúa arrancó el viaje de “Cinco lobitos” en la pasada Berlinale, el cine vasco vuelve a tener otra cita en la capital alemana. Y es que Estibaliz Urresola, aclamada por su cortometraje “Cuerdas” en Venecia y que ayer optaba al Mejor Cortometraje de Ficción, regresó a casa con las manos vacías, pero podríamos decir que con un largo camino por delante. Y es que la directora de Laudio presenta en apenas diez días su primer largometraje, “20.000 especies de abejas”, en la Sección Oficial del certamen berlinés. Irá a concurso y supondrá otro hito más para el cine vasco, ya que solamente Pedro Olea (“Akelarre”, 1984) y Montxo Armendariz (“Secretos del corazón”, 1997) han presentado anteriormente sus obras en la competición oficial a concurso de la Berlinale. Será la primera mujer vasca y será la primera vez que se escuche una cinta en euskara. Y, como remarcaba Susi Sánchez al recibir su Goya, la labor de las mujeres en el cine quedará patente una vez más, ya que se trata de una cinta dirigida, protagonizada y producida por mujeres. Ane Gabarain y Patricia López Arnaiz destacan en un proyecto que aborda la transexualidad a través de la mirada de Lucía, una niña de seis años. Abrir puertas, decía Sánchez, pero no para allanar el camino, sino para trabajar de igual a igual. Zorte on!