La novela original en la que se basa esta adaptación, escrita por Miriam Toews y publicada en 2018, está basada en un trágico episodio real y se desarrolla en una comunidad minonita imaginaria llamada Molotschna. En dicho microcosmo, un grupo de mujeres se enfrenta a la posibilidad de que los hombres que durante años las habían drogado y violado, abandonen la prisión en la que están encerrados y regresen a casa. Entre ellas se establecen debates en los que reflexionan sobre los abusos físicos y sicológicos que padecieron a manos de sus propios padres, hermanos y amigos. Los cuales afirmaron ante los tribunales que las mujeres sufrían una especie de histeria colectiva

Diálogos y silencios

Toews también ha coescrito junto a la directora, Sarah Polley, el guion de este proyecto que destaca por el trazado grueso y la ya de por sí trágica evidencia de lo que padecieron las mujeres para concentrarse en el diálogo y los silencios que se establecen entre ellas, en su empeño por querer un futuro esperanzador.

Dicho debate se establece a partir de una votación porque, a pesar de no saber escribir y leer, ellas han establecido a través de una serie de dibujos una fórmula para realizar una votación en la que decidirán si optan por largarse de allí o quedarse y pelear. Del recuento asoma un empate y serán las mujeres que mayor peso tienen dentro de la comunidad la encargadas de decidir el futuro.

El reparto coral lleva a cabo un trabajo descomunal, actrices de la talla de Claire Foy, Rooney Mara, Jessie Buckley y una Frances McDormand -que impacta a través de sus reveladores silencios- sustentan un filme intenso, doloroso y cuya factura visual parece que nos invita a ser partícipes de una de esas pesadillas que tienen la apariencia de un cuento onírico.