Una nueva intervención del Ejército israelí en la ciudad de Nablús dejó ayer una nueva masacre con al menos once palestinos muertos y más de un centenar de heridos, la más sangrienta operación desde 2015, en Cisjordania.

Entre los fallecidos hay personas de todas las edades, desde un adolescente de 16 años a un anciano de 72 años, y su número podría aumentar ya que entre los heridos al menos seis se encontraban graves, según el Ministerio de Sanidad palestino.

La Yihad Islámica Palestina identificó a uno de los muertos, Muhamad Jaled Anbousi, de 25 años, como uno de sus miembros.

En la redada, un gran número de soldados irrumpió en la ciudad vieja de Nablús y rodeó una vivienda, supuestamente con el objetivo de buscar a una célula vinculada con la muerte de un militar en octubre de 2022.

El Ejército israelí aseguró que sospechosos armados se atrincheraron, dando a lugar a fuertes enfrentamientos entre palestinos y los soldados.

Durante la operación, que duró casi cuatro horas, palestinos lanzaron piedras y cócteles molotov a los uniformados, que utilizaron fuego real y lanzaron gases lacrimógenos y granadas aturdidoras de forma indiscriminada, incluso contra residencias familiares y comercios. Los soldados israelíes dispararon también contra los periodistas que cubrían la redada claramente identificados e hirieron de bala a dos de ellos y a un tercero con gases lacrimógenos.

61 muertos en 53 días

Con estas nuevas víctimas ya suman 61 las personas muertas a manos de las fuerzas sionistas y de colonos judíos desde principios de año en Cisjordania, incluida Jerusalén Este.

Continúa así la fuerte escalada de violencia con redadas letales casi diarias desde finales de marzo del año pasado, cuando Israel lanzó su operación represiva como respuesta a una serie de ataques mortales por parte de palestinos, algunos de ellos reivindicados por el ISIS.

El escenario más frecuente de estas operaciones es el norte de Cisjordania, sobre todo las ciudades de Nablús y Jenin.

Mohamed Shtayeh, primer ministro de la Autoridad Palestina (ANP), describió la operación militar como «terrorismo organizado» y denunció que Israel busca trasladar su crisis política interna al conflicto con los palestinos, en referencia a la polémica reforma judicial del Ejecutivo israelí, que ha suscitado una fuerte oposición.

La ANP denunció que esta matanza es «un crimen por parte de las fuerzas de ocupación», y acusó a Israel de «empujar a la región hacia una situación explosiva».

Además, reclamó a la comunidad internacional que actúe «inmediatamente para frenar los crímenes israelíes contra nuestro pueblo», citando de forma expresa al Gobierno de EEUU.

Guterres pide parar las colonias

El secretario general de la ONU, António Guterres reclamó el fin de la colonización israelí en los territorios ocupados en una declaración equidistante entre ocupantes y ocupados. «Cada nuevo asentamiento es un obstáculo más en el camino hacia la paz. Toda actividad de asentamiento es ilegal según el derecho internacional y debe terminar. Al mismo tiempo, incitar a la violencia es un callejón sin salida. No hay justificación para el terrorismo», afirmó Guterres al Comité de la ONU para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino. Guterres opinó que la prioridad debe ser evitar una mayor escalada ante «la situación más inflamable desde hace años». El embajador palestino, Riyad Mansur, advirtió del riesgo de una «erupción masiva» por las políticas del Gobierno israelí. «Estamos perdiendo credibilidad, ustedes están perdiendo credibilidad», lamentó.GARA