La Corte Internacional de Justicia (CIJ) pidió ayer a Azerbaiyán que garantice la libre circulación en el corredor de Lachín, la única ruta de comunicación que conecta Armenia con el enclave de Nagorno Karabaj. Desde el 12 de diciembre, esa ruta permanece cerrada por un grupo de azeríes que se dicen ecologistas, y Armenia ha denunciado que unos 120.000 armenios karabajíes sufren una crisis humanitaria a causa del bloqueo.

Bakú dijo la semana pasada que delimitar la frontera con Armenia es imposible «sin puestos de control» y que uno de ellos debe colocarse «entre el distrito de Lachín y Armenia». Ereván rechazó ayer la exigencia de Azerbaiyán. «El funcionamiento del corredor de Lachín se regula por el acuerdo del 9 de noviembre de 2020, que firmó el presidente de Azerbaiyán (Ilhám) Alíev», señaló Armenia. El pacto llegó tras varios días de guerra que dejaron 155 muertos.

La CIJ se hace eco del compromomiso azerí de seguir tomando las medidas necesarias para mantener abierto el paso a través de una mejor comunicación con las fuerzas de paz rusas y los residentes, pero dice que eso no elimina el riesgo de perjuicico irreparable y constata el «impacto» en la población.