Martxelo DÍAZ
DERECHOS Y LIBERTADES

EH Bildu y ERC impiden una reforma descafeinada de la Ley Mordaza

Tal y como habían anunciado, EH Bildu y ERC -así como Junts- votaron en contra de la reforma de la Ley Mordaza al considerar que no cumple los mínimos exigibles, ya que no elimine el uso de la pelotas de goma, no suspende las devoluciones en caliente en las fronteras y no limita la autoridad de los agentes policiales.

El diputado de EH Bildu Jon Iñarritu interviene en la comisión de Interior del Congreso. A su lado, Maria Dantas (ERC).
El diputado de EH Bildu Jon Iñarritu interviene en la comisión de Interior del Congreso. A su lado, Maria Dantas (ERC). (Alberto ORTEGA | EUROPA PRESS)

Prohibir las pelotas de goma, suprimir las devoluciones en caliente en las fronteras de Ceuta y Melilla, y establecer límites a la autoridad de los agentes policiales y a la desobediencia (origen de la mayoría de las multas) eran las líneas rojas que EH Bildu y ERC se habían marcado para dar el visto bueno a la reforma de la Ley Mordaza. Todo ello, tras denunciar que el PSOE había reconducido a una reforma limitada la derogación de la ley del PP que había prometido desde la investidura e, incluso, desde la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno.

EH Bildu y ERC (y también Junts) llevaban meses alertando de que estas líneas rojas eran verdaderas y de que no estaban jugando de farol. Dicho de otra manera, eran el requisito imprescindible para que dieran el visto bueno a la reforma.

Ayer se llevó a la comisión de Interior del Congreso el dictamen sobre la reforma de la Ley Mordaza y no incluía estas líneas rojas. Por tanto, EH Bildu, ERC y Junts votaron en contra, por lo que el proyecto quedó archivado. Colectivos como Amnistía Internacional lamentaron el fracaso.

Cumpliendo el guión previsto, los impulsores de la reforma de la ley culparon a EH Bildu y ERC de que siga en vigor la Ley Mordaza del PP. Así lo hicieron la portavoz del Gobierno español, Isabel Rodríguez, y también Patxi López, portavoz del PSOE.

También lo hizo el PNV, que junto al PSOE y Unidas Podemos, había llegado a un acuerdo para modificar algunos aspectos de la ley. De este modo, Aitor Esteban dijo que quienes sean sancionados por la Ley Mordaza en el futuro pueden pedir cuentas a EH Bildu y ERC. Itsaso Atutxa también realizó declaraciones en el mismo sentido.

Una posición que contrasta con la que mantuvo ayer su representante en la comisión de Interior. Mikel Legarda, que fue viceconsejero de Seguridad del Gobierno de Lakua, justificó la necesidad de utilizar pelotas de goma, destacó que la Ertzaintza no tiene prohibido usar este material y que ya hace muchos años que no se emplea «cuando la Policía necesita disolver una concentración». Asimismo, defendió que los agentes «deben estar investidos de autoridad, que no de autoritarismo».

Recientemente, el actual consejero de Interior de Lakua, Josu Erkoreka, justificó las cargas contra jubilados en Erromo en aplicación de la Ley Mordaza.

Falso dilema

En EH Bildu y en ERC eran conscientes de que desde los medios afines al Ejecutivo español se les iba a señalar como culpables de no aprobar una reforma que sí contenía avances respecto a la del PP, como la eliminación de la sanción por fotografiar a policías o la necesidad de comunicar las movilizaciones. De hecho, llevan meses denunciando la presión que se mantuvo hasta ayer.

En la sesión de ayer, Jon Iñarritu, portavoz de EH Bildu, destacó que «no caeremos en el falso dilema de elegir entre la Ley Mordaza de Rajoy y la de Marlaska. No seremos cómplices ni responsables de una ley que conculca libertades».

Iñarritu calificó de «triste»&flexSpace;el día de ayer, recordó que han celebrado más 40 reuniones en torno a la reforma de la Ley Mordaza y valoró que se hayan alcanzado acuerdos aunque sean limitados, pero lamentó que no los hubiera en torno a los puntos más lesivos de la norma. Junto a ello, recordó que el Ministerio de Interior acaba de comprar 60.000 pelotas de goma a pesar de que la continuidad del uso de esta arma estaba en discusión.

«Seguiremos abogando por derogar la Ley Mordaza de Rajoy por ser un ataque a los derechos y libertades de la ciudadanía», añadió Iñarritu.

En una línea similar, Maria Dantas (ERC) destacó que «en lo más básico no se altera la ley del PP, sino que se maquilla», y recordó que esta norma se aprobó para actuar policialmente contra los movimientos sociales, el independentismo y el 15M.

«Otorga a la Policía plenos poderes para reprimir», añadió Dantas, antes de lamentar «la pérdida de una oportunidad histórica para que el PSOE demostrase que no es lo mismo que el PP, pero siempre defraudan. Han renunciado a un modelo policial avanzado».

Desde Junts, el diputado Jordi Pagès destacó que la votación de ayer era «la constatación de la inexistencia de voluntad política por parte del Gobierno para reformar una de las leyes más regresivas de la historia».

División en Unidas Podemos

En nombre de Unidas Podemos, Enrique Santiago señaló en la comisión que «sería un drama dejar caer la reforma», poniendo en valor los cambios acordados y destacando que afectaban a cuestiones nucleares. De este modo, culpaba a EH Bildu y ERC de que la reforma de la ley no saliera adelante por empecinarse en cuestiones que calificaba de «no nucleares».

No eran de la misma opinión ni la ministra Ione Belarra ni el portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, que ponían el acento en «la cerrazón del PSOE» a la hora de negociar. También Pablo Iglesias, en Twitter, se mostraba más comprensivo con la actitud que habían mantenido EH Bildu y ERC. En Comú Podem, en cambio, se alineaba con las tesis del PSOE.

Ultraderecha policial

Desde EH Bildu y ERC se había venido alertando los últimos meses de que el inmovilismo del PSOE respondía a su temor por la creciente influencia de sindicatos policiales ultraderechistas como Jusapol o Jucil. De este modo, el Ministerio de Fernando Grande-Marlaska habría vetado la posibilidad de que se cuestionaran siquiera aspectos como las pelotas de goma, las devoluciones en caliente o el principio de autoridad de los agentes. Ayer, a estos sindicatos policiales les faltó tiempo para celebrar el resultado de la votación en el Congreso. «Se ha conseguido frenar este proyecto de ley que solo beneficiaba a delincuentes y violentos», proclamaba el secretario general de Jupol, Aarón Rivero.

En una línea similar, los diputados del PP y Vox en la comisión de Interior del Congreso aplaudieron sonoramente cuando se conoció el resultado de la votación del dictamen.

La diputada del PP Ana Belén Vázquez acusó a EH Bildu y ERC de querer «cambiar los grilletes de las manos de los delincuentes a las manos de las fuerzas de seguridad» mientras mostraba unas esposas, y culpó al PSOE de «querer pasar a la historia por pasar de la ley de la patada en la puerta a la ley de de la patada al policía».

Carlos García Adanero, el diputado expulsado de UPN que ahora está en la órbita del PP, comenzó su intervención en la comisión señalando que «si hoy es un día triste para Bildu, es un día alegre para quienes creemos en la libertad», y se dirigió a la formación abertzale para señalar que «ya han sacado bastante. Para una vez que no consiguen todo, se quejan».

Javier Ortega Smith, de Vox, destacó que la reforma de la Ley Mordaza buscaba «criminalizar a los agentes, favorecer a los colectivos extremistas que incendian la calle y desproteger a los españoles».

«Me estalló el ojo», AI denuncia las pelotas

El debate de la Ley Mordaza en el Congreso español eludiendo la cuestión de las pelotas de goma coincidió con la publicación por parte de Amnistía Internacional (AI) del informe “Me estalló el ojo”, en el que alerta del «uso cada vez más generalizado» de balas de caucho y armas de «letalidad reducida».

En el informe, que recuerda el caso de Iñigo Cabacas, muerto en Bilbo por un pelotazo de la Ertzaintza, y otras 24 lesiones graves en el Estado español, se señala que «en el mundo entero, las fuerzas de seguridad utilizan regularmente de manera abusiva las balas de caucho y otras armas de mantenimiento del orden para reprimir violentamente manifestaciones pacíficas y provocan así terribles heridas y muertes».

«La disponibilidad, la variedad y el uso de proyectiles con impacto cinético experimentaron un gran incremento a nivel mundial y contribuyeron a la militarización del mantenimiento del orden durante manifestaciones», añade AI.

El informe destaca que las balas metálicas y los perdigones cubiertos de caucho, así como las granadas lacrimógenas, son empleadas «con frecuencia de manera imprudente o con carácter punitivo, mostrando un uso injustificado o despropocionado de la fuerza».

Resultado de cinco años de investigación en más de 30 países, el informe revela también que las leyes estatales sobre la utilización de esos proyectiles no se ajustan a las normas internacionales, según las cuales, «esas armas no deben ser utilizadas sino como último recurso contra individuos violentos que representan una amenaza inminente de perjuicio grave contra personas».

Amnistía Internacional va más allá en su informe y considera que las pelotas de goma «deben estar prohibidas, por ser intrísecamente imprecisas y por el elevado riesgo de causar lesiones graves que su uso conlleva».GARA