Amaia U. LASAGABASTER
SEGUNDA

El Eibar ralentiza el ritmo aunque mantiene el liderato

Empate de un Eibar sin chispa que no pudo dar continuidad a su racha victoriosa pese que el Andorra jugó con diez la última media hora.

Corpas protege el balón encimado por Pampín.
Corpas protege el balón encimado por Pampín. (LALIGA)

El Eibar no pudo dar continuidad a su racha victoriosa. Lo impidió el Andorra, que ya fue superior a los azulgranas en la primera vuelta, cuando se embolsó los tres puntos, y que ayer supo secar a un rival incapaz de aprovechar su superioridad numérica en la última media hora de partido. Llegaron entonces sus mejores, únicas de hecho, ocasiones, incluyendo un disparo al larguero de Vadillo -el mismo que en la primera parte había repelido un remate de Bakis- pero al equipo le faltó chispa en los últimos metros para quebrar la buena diposición visitante.

Sin chispa, precisamente, anda Stoichkov en los últimos tiempos -sigue siendo el máximo goleador del equipo pero no marca desde enero- y ayer se quedó de inicio en el banquillo, dejando su plaza en el once a Javi Muñoz. Fue la única novedad de salida en el equipo armero, que tampoco quiso repetir lo de la semana anterior en Anduva y entró al campo con ganas de resolver, o al menos encarrilar, rápido. Apretando muy arriba, generó tensión en la defensa andorrana, que se temó lo peor durante algunos minutos. Poquitos, realmente. Para el diez ya se había asentado con el equipo pirenaico, que se hizo con el balón como le gusta y templó el ritmo ante un Eibar que se veía incapaz de generar peligro y casi de cruzar la línea divisoria. Tampoco hacía daño el Andorra así que el primer tiempo se fue consumiendo entre bostezos, solo interrumpidos por el disparo de Bakis al larguero a diez minutos del descanso.

La segunda parte comenzó de forma similar. Arreón inicial de los eibarreses y regreso al juego anodino y de bajo ritmo, sin que ninguno de los dos equipos fuera capaz de acercarse siquiera al gol.

CON UNO MÁS

Justo se cumplía la hora de partido cuando Sergio Molina vio la segunda amarilla. Ya estaban preparándose los cambios con los que el Eibar, ahora además en superioridad, iba a cambiar considerablemente el aspecto del encuentro. Entraban Aketxe y Stoichkov -poco después saltaría al césped Tejero, tras dos meses en la enfermería, reubicando a Sergio en el pivote- y a partir de ese momento el equipo pisó el área rival bastante más que en los sesenta minutos anterores, que tampoco había sido demasiado.

El propio Stoichkov rozó el gol con un remate a la media vuelta que detuvo Ratti y casi de inmediato fue Nolaskoain el que amagó, con un disparo desde la frontal que se marchó pegadito a la madera. Había mucha más presencia pero seguía faltando claridad en los últimos metros para romper un partido que ya solo Vadillo estuvo cerca de sentenciar con un remate desde fuera del área que se estrelló en el larguero llegando al novente.

Pese al frenazo, los armeros se mantienen al frente de la clasificación, aunque con ventaja más reducida ahora respecto a sus perseguidores.

AMBIENTE

Antes y después del partido, numerosos aficionados disfrutaron de las actividades en la Fan Zone que organizó el Eibar en el anexo de Ipurua.