GARA
JERUSALÉN
REPUNTE DE LA VIOLENCIA EN PALESTINA

La brutalidad policial irrumpe en Al Aqsa en pleno Ramadán

Israel encendió otro ciclo de violencia al llevar la brutalidad policial al interior de la mezquita de Al Aqsa, uno de los lugares sagrados del Islam, en pleno Ramadán.

Policías israelíes detienen a un palestino tras la intervención en la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén.
Policías israelíes detienen a un palestino tras la intervención en la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén. (Ahmad GHARABLI | AFP)

La brutalidad de la Policía israelí en el interior de la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén para desalojar a los fieles palestinos supuso un nuevo peldaño en la escalada sionista, al llevarla a cabo en un centro sagrado para el islam, especialmente sensible para la población palestina, y en medio de la temporada de festividades religiosas. La brutal carga policial volvió a repetirse ayer, provocando de nuevo heridos.

Con equipos antidisturbios, la Policía entró en la madrugada del miércoles en la mezquita, uno de los lugares de culto musulmanes más emblemáticos del mundo, y arrestó a más de 350 personas, según las autoridades israelíes. Fuentes palestinas elevaron el número de detenidos al medio millar.

Armados con «porras, armas, botes de gas lacrimógeno y bombas de humo» irrumpieron en la mezquita, «destrozando puertas y ventanas», mientras los fieles se reunían allí para orar por la noche, relató Abdelkarim Ikraiem, un palestino de 74 años.

En vídeos que se difundieron por las redes sociales aparecían los policías golpeando a personas arrodilladas en el suelo dentro del edificio.

La Media Luna Roja Palestina contabilizó al menos 37 heridos y denunció que los policías atacaron a su personal médico y a sus ambulancias con bombas de sonido, porras y balas de goma, y les impidieron acceder a los heridos. Al cierre de esta edición, informó d eque volvían a llegar heridos de otro ataque de las fuerzas israelíes. Por su parte la Policía israelí justificó la intervención asegurando que «jóvenes enmascarados se atrincheraron violentamente en la mezquita con fuegos de artificio, palos y rocas» para «atentar contra el orden público y profanar la mezquita», mientras coreaban «eslóganes que incitan al odio y la violencia», afirmó en un comunicado.

Según el statu quo vigente desde 1967, cuando Israel ocupó la parte este de Jerusalén, la Explanada de las Mezquitas está reservada exclusivamente al culto de musulmanes. Además, Jordania es custodio de los lugares santos musulmanes y cristianos de Jerusalén Este, aunque en la práctica Israel controla los accesos y visitas a esos sitios.

Los enfrentamientos en la Explanada, el lugar más sagrado para el judaísmo y el tercero para el islam, se han repetido de forma similar en los últimos años, también durante el mes de Ramadán.

El pasado sábado, soldados israelíes mataron a un joven médico cuando intentó defender a una niña que estaba siendo golpeada por los militares en uno de los patios de la mezquita.

En mayo de 2021, después de otra intervención israelí en el complejo religioso y en otros lugares de Jerusalén Este, Hamas reaccionó disparando cohetes contra Israel, que respondió con otra ofensiva sobre Gaza durante 11 días. Este año el mes sagrado musulmán, que ha llegado a su mitad, se solapa con la Pascua judía, que comenzó ayer.

Además, el contexto es, si cabe, más tenso por la violencia extrema de las fuerzas israelíes que ha provocado ya 92 muertos en solo 95 días de 2023, en redadas y operaciones militares o policiales o bien por las reiteradas acciones de colonos judíos contra la población palestina.

Cohetes y ataque a Gaza

Tras la intervención policial, Hamas llamó a los palestinos a «acudir en masa a la mezquita de Al-Aqsa para defenderla», denunciando un «crimen sin precedentes» por parte de las fuerzas israelíes.

Desde la Franja de Gaza se dispararon al menos diez cohetes la misma noche del martes. La Yihad Islámica aseguró que los cohetes eran «un primer mensaje de advertencia» tras la agresión israelí.

Seguidamente el Ejército israelí tomó represalias bombardeando con aviones de combate lo que presentó como infraestructura de Hamas en el territorio bajo bloqueo.

Los lanzamientos de cohetes se repitieron ayer al caer la noche.

El ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, auguró aún más violencia al afirmar que «es hora de que empiecen a rodar cabezas en Gaza». Gvir ha obtenido del primer ministro, Benjamin Netanyahu, el visto bueno a la creación de su polémica Guardia Nacional, un cuerpo de 2.000 efectivos que responderían directamente al ministro, y que aumentará la impunidad de la violencia contra los palestinos.

Mientras, la Policía israelí mantenía un férreo control de los alrededores de la mezquita, filtrando las entradas. En paralelo, grupos de palestinos se manifestaron en Cisjordania ocupada, mientras que el Ejército israelí informó de que sus tropas sufrieron dos ataques con disparos en distintos puntos de este territorio, uno de ellos saldándose con un soldado herido.

La operación policial provocó críticas internacionales ante las que Netanyahu afirmó que las fuerzas de seguridad se vieron «obligadas a actuar para restablecer el orden» frente a los «extremistas».

El ministro de Asuntos Civiles de la Autoridad Palestina, Hussein al-Sheikh, por su parte, criticó un «nivel de brutalidad que requiere una acción palestina, árabe e internacional urgente».

Jordania, que administra los lugares sagrados musulmanes en Jerusalén, expresó su alarma por los «ataques continuos que pueden conducir a una escalada».

La ONU reaccionó con la habitual equidistancia y su mediador en Medio Oriente, Tor Wennesland, afirmó que «los líderes de cada lado deben actuar de manera responsable y abstenerse de cualquier acción que pueda aumentar las tensiones». Manifestó que estaba «consternado» por la violencia, si bien respaldó la versión israelí al denunciar «las aparentes agresiones a palestinos por parte de las fuerzas de seguridad israelíes» mientras «condenó firmemente el almacenamiento y uso de rocas y fuegos artificiales por parte de palestinos dentro de la mezquita».

«La violencia no tiene cabida en un lugar sagrado y durante un tiempo sagrado», señaló la Oficina de Asuntos Palestinos de Estados Unidos. Posteriormente, la Casa Blanca urgió «a todas las partes a evitar una mayor escalada».

Los gobiernos de Cuba, Arabia Saudí, Egipto, Turquía, Emiratos y Marruecos, entre otros, también condenaron la intervención policial.