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ROMA

Italia decreta el estado de emergencia migratorio durante seis meses

El Gobierno de Giorgia Meloni ha decretado el estado emergencia nacional migratorio durante seis meses, que permitirá endurecer aún más su política en esta materia y agilizar las devoluciones en caliente. Roma respondió así a la llegada de más de 3.000 personas migrantes y refugiadas a sus costas desde el viernes.

Imagen proporcionada por la Guardia Costera que muestra a un pequeño bote con una veintena de personas migrantes.
Imagen proporcionada por la Guardia Costera que muestra a un pequeño bote con una veintena de personas migrantes. (GUARDIA COSTERA | AFP)

El Ejecutivo de Italia, que preside la ultraderechista Giorgia Meloni, decidió ayer decretar el estado de emergencia nacional migratorio, que se extenderá durante seis meses y permitirá reforzar la presencia de la Guardia Costera tanto en aguas del Mediterráneo como en tierra y potenciará las expulsiones en caliente de las personas migrantes y refugiadas que lleguen a sus costas.

La norma fue aprobada en un Consejo de Ministros después de que en los últimos tres días desembarcaran en las costas italianas más de 3.000 personas, tras ser atendidas por los guardacostas que han socorrido estos días a decenas embarcaciones en peligro en el Mediterráneo Central.

Además, el buen tiempo ha animado a un mayor número de barcos, la mayoría procedentes de Túnez -donde las políticas xenófobas también están provocando el aumento de las salidas-, a emprender la ruta que conecta el norte de África con las costas de Sicilia y Lampedusa, cuyos centros de acogida están desbordados.

La medida, propuesta por el ministro de Protección Civil y Políticas Marítimas, Nello Musumeci, cuenta con una financiación inicial de cinco millones de euros para hacer frente a los costes de la emergencia.

Entre los procedimientos que habilita este estado de emergencia figura un aumento de las estructuras habilitadas para la repatriación de migrantes que no tengan derecho a permanecer en Italia, avanzaron los medios con acceso al texto que al cierre de esta edición no había sido divulgado aún por el Ejecutivo.

La apertura de nuevos CPR (Centro di Permanenza per il Rimpatrio) asegura el Gobierno que facilitará a las autoridades las actividades de identificación y deportación.

POLÍTICA MÁS DURA

Al respecto, el vicepresidente del Ejecutivo, Matteo Salvini, indicó por la mañana que veía necesario «al menos un centro de repatriación para cada región» y abogó por volver a aplicar una política más dura ante el fenómeno migratorio.

El líder de la Lega impulsó entre 2018 y 2019, como titular de Interior, una severa política antimigratoria con acciones que ahora se dirimen en los tribunales, como su negativa a permitir el desembarco en puertos a buques de ONG. Tras unas semanas especialmente intensas por la llegada de miles de migrantes al sur de Italia, donde hace menos de dos meses el naufragio de una barcaza dejó más de 90 muertos en la región de Calabria, Salvini aseguró que Italia es «absolutamente incapaz» de gestionar «mil llegadas diarias» y que «es crucial que Europa despierte e intervenga».

«Nunca ha movido un dedo, y es hora de demostrar que existe una comunidad, una Unión, y que la solidaridad no es solo responsabilidad de Italia, España, Grecia o Malta. Porque somos absolutamente incapaces de apoyar mil llegadas al día económica, cultural y socialmente», señaló. El promotor de la declaración fue su mano derecha, Matteo Piantedosi, actual ministro del Interior, después de hablar con Musumeci tras los últimos desembarcos. «Si intervenimos en los países desde los que nos movemos, neutralizando la mafia de los traficantes, quizás podamos evitar lo peor», enfatizó Musumeci.

La medida, que «permite derogar algunas normas del ordenamiento vigente», «será nacional» porque «necesitamos ayudar a las regiones ya que existe el riesgo de enviar el sistema al colapso si continúa este ritmo de llegadas», añadió, aunque insistió en la importancia de que Europa «se dé cuenta de que no hay mucho tiempo».