Mikel INSAUSTI
CHAMPAGNE!

Con la denominación de origen no basta

De nada sirve que el champán sea tu bebida preferida o que adores el paisaje de los viñedos y el “terroir”, porque esta comedia de reencuentro veraniego es tan previsible que te decepcionará. El público asiste pasivamente a la contemplación del disfrute ajeno, y eso no es justo, menos aún si no recibes a cambio de tu paciencia un poco de diversión. Ver cómo en la pantalla se lo pasan en grande, copa va, copa viene, mientras a ti se te reseca el gaznate no es plato de gusto. Y, mejor no leer las declaraciones del reparto, como las del actor François-Xavier Demaison, que decía que en ningún rodaje se lo había pasado tan bien, ni se había encontrado con una gente tan hospitalaria, que les invitaba a sus bodegas. “Champagne!” (2022) podría ser un publireportaje de más de hora y media, si atendemos a su localización en Villa Des Trois Clochers, casa fundacional del espumoso con denominación de origen Leclerc-Briant, sita en Villers-Allerand (Marne).

A lo largo de su filmografía Nicolas Vanier ha demostrado entender a los animales y a la infancia, pero en su primera incursión en la humanidad adulta evidencia que su conocimiento no va más allá del tópico y la superficialidad. Si esto fuera un ejercicio pictórico de grupo posando con paisaje al fondo, habría que decir que a Vanier le interesa más el entorno natural que las personas que lo visitan y se mueven en él torpemente bajo los efluvios del alcohol burbujeante.

Si se permite el juego de palabras facilón, a la película le falta chispa, debido a que Vanier no hace asomo de crítica sobre esa burguesía que destapa sus intimidades ocultas a la vez que descorcha botellas. Simplemente se deja llevar por el ambiente confesional, pero lo que sale a relucir nunca sorprende o inquieta dentro de una vieja amistad llena de convencionalismos.