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WASHINGTON

EEUU trata de limitar el impacto de las filtraciones del Pentágono

EEUU detuvo al supuesto autor de las filtraciones de documentos del Pentágono, un miembro de la Guardia Nacional Aérea, a la vez que trata de limitar el impacto entre sus socios de informaciones sobre Ucrania y del espionaje a los aliados de Washington.

El detenido, Jack Teixeira, en una imagen sobre el Pentágono.
El detenido, Jack Teixeira, en una imagen sobre el Pentágono. (Stephany REYNOLDS | AFP)

Estados Unidos intenta desde hace una semana limitar el impacto de las filtraciones de documentos de Inteligencia del Pentágono tranquilizando a sus aliados, minimizando el riesgo y anunciando investigaciones.

El presidente estadounidense, Joe Biden, reconoció ayer desde Dublín estar preocupado y aseguró que hay una investigación en curso «que parece estar a punto de completarse».

Horas después, el fiscal general de EEUU, Merrick Garland, compareció brevemente ante en el Departamento de Justicia para anunciar el arresto de Jack Teixeira, un joven de 21 años miembro de la Guardia Nacional Aérea de Massachusetts como supuesto autor de la filtración.

«Hoy el Departamento de Justicia detuvo a Jack Douglas Teixeira en conexión con una investigación sobre la supuesta extracción, retención y transmisión de manera no autorizada de información de material clasificado relativo a la defensa nacional», declaró.

Garland explicó que agentes del FBI detuvieron a Teixeira «sin ningún incidente» y que comparecería pronto ante un juez de la corte federal de Massachusetts.

El Departamento de Justicia de EEUU había abierto una investigación criminal tras la filtración de documentos que detallan las opiniones de Washington sobre la guerra en Ucrania y revelan una recopilación de Inteligencia sobre los propios aliados cercanos de Estados Unidos.

John Kirby, uno de los portavoces de la Casa Blanca, explicó que altos cargos de EEUU han estado en contacto con algunos de los aliados más cercanos de Washington «a los más altos niveles» durante los últimos días para hablar sobre las recientes filtraciones. Pero, pese a los desmentidos sobre el contenido de varios de los Gobiernos que aparecen en estos documentos, la filtración compromete las posturas en torno a la guerra de Ucrania y la posición de los aliados de EEUU, que aparecen de nuevo en el objetivo del espionaje de Washington.

Docenas de fotos de estos documentos se han difundido en Twitter, Telegram o Discord en los últimos días, algunas de las cuales han circulado en Internet al menos desde febrero, antes de atraer la atención de los medios de comunicación.

Los documentos revelan las preocupaciones de la Inteligencia estadounidense sobre la viabilidad de una contraofensiva ucraniana contra las fuerzas rusas, debido a problemas de entrenamiento y suministro.

Exponen, sobre todo, las debilidades en el armamento, la defensa aérea y el tamaño y la preparación de las tropas ucranianas. Se dice en ellos que casi el 90% de las defensas de mediano y largo alcance de Ucrania están compuestas por sistemas SA-11 y SA-10 de la era soviética, que podrían quedarse sin municiones a fines de marzo y principios de mayo, respectivamente.

Cuestionando la capacidad de Ucrania para seguir defendiéndose de los ataques rusos, apuntan que «la batalla por la región de Donbass probablemente se dirija hacia un punto muerto a lo largo de 2023».

Según los informes, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, lamentó ante su más alto general que el Ejército ucraniano no tuviera misiles de largo alcance que permitieran a las fuerzas ucranianas apuntar directamente al territorio ruso -un material que Washington ha intentado evitar entregar-, y sugirió sustituirlos por drones.

Una revelación que mostraría que la Inteligencia estadounidense tuvo acceso a los planes de batalla ucranianos y espió a Zelenski.

SOLDADOS DE LA OTAN EN UCRANIA

Además, recogen que más de medio centenar de soldados de operaciones especiales de países miembros de la OTAN, como el propio EEUU, Gran Bretaña, Estado francés, y Letonia, habrían sido desplegados en Ucrania entre febrero y marzo, sin especificar con qué objetivo.

Otro informe analiza los vuelos de vigilancia del mar Negro por parte de EEUU, Gran Bretaña, Estado francés y la OTAN desde finales de septiembre hasta finales de febrero utilizando tanto aviones tripulados como no tripulados.

Ciertos documentos también parecen indicar recopilación de Inteligencia sobre algunos de sus aliados, como Israel y Corea del Sur, a los que Washington trata ahora de tranquilizar.

Así, EEUU supuestamente espió en marzo a altos cargos surcoreanos que estaban hablando sobre la presión que Washington había ejercido sobre Seúl para que enviara armas a Ucrania, en violación de la política surcoreana que tradicionalmente se niega a suministrar armas a países en conflicto.

ESPIONAJE A GUTERRES

También el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, habría sido objeto de espionaje durante las reuniones mantenidas con Rusia, del que Washington concluye que «está demasiado dispuesto a complacer los intereses rusos».

Los estadounidenses se referirían en concreto a que su trabajo para proteger el acuerdo que permite la exportación de grano de Ucrania estaría «minando los esfuerzos más amplios para hacer que Moscú rinda cuentas».

La ONU reaccionó con tranquilidad, pero dando por cierto el espionaje. Así, aseguró que Guterres no está sorprendido de haber sido víctima de supuestas escuchas por parte de Estados Unidos, pero lamentó que sus conversaciones privadas se hayan distorsionado y hecho públicas.

Sobre las acusaciones que Washington habría lanzado en los documentos, el portavoz de Guterres, Stephane Dujarric, recordó que el jefe de Naciones Unidas «ha sido muy claro sobre las violaciones de la ley internacional» por parte rusa y que sus esfuerzos con el llamado Acuerdo del Mar Negro buscan «mitigar el impacto de la guerra en los más pobres del mundo». «Eso significa hacer lo que podemos para reducir el precio de alimentos, cereales y fertilizantes en todo el mundo», insistió.

En paralelo al pacto del grano, la ONU se comprometió con Rusia a trabajar para eliminar restricciones a sus exportaciones agropecuarias, sobre todo de fertilizantes, pero Moscú asegura que no ha visto avances y por ello amenaza con poner fin al Acuerdo.

Sobre el supuesto espionaje en sí, Dujarric dijo que la ONU toma las medidas que puede para tratar de proteger sus comunicaciones, pero subrayó que todos los países deberían respetar la inviolabilidad de la organización.

OTRAS REACCIONES

Las consecuencias de estas filtraciones podrían ser significativas, poniendo en evidencia las fuentes de Inteligencia de EEUU y brindando información valiosa a sus enemigos.

El Pentágono no ha confirmado la validez de los documentos, pero admite que el caso representa un riesgo «muy grave» para la seguridad nacional de EEUU. El secretario de Defensa, Lloyd Austin, asegura que su Gobierno se toma «muy en serio» la filtración.

La Presidencia ucraniana afirmó que ha modificado sus planes para la contraofensiva que prepara, si bien sostiene que las informaciones mezclan falsedades con contenidos que ya no son actuales.

Respecto a Rusia, muestra el grado de penetración del espionaje de EEUU en el mando militar y aporta información valiosa para Moscú, que en un primer momento calificó el contenido como «bastante interesante».

El Kremlin, aunque dio credibilidad al espionaje de EEUU a sus aliados y a la presencia de militares occidentales en Ucrania que dijo conocer de antemano, tildó de «embuste» las informaciones sobre la posibilidad de que Egipto hubiera mandado fabricar decenas de miles de misiles para enviarlos a Rusia, también divulgadas en los documentos.

También el Gobierno egipcio insistió en que su posición está fundamentada en la no participación en la crisis y en el mantenimiento de la equidistancia.

Igualmente, el Gobierno de Serbia reiteró que ni ha entregado ni entregará armas a Ucrania, y calificó de «mentira» el contenido de uno de los documentos del Pentágono que dice lo contrario



Una fanfarronada entre jóvenes ultras y aficionados a las armas

Según “The Washington Post”, su trabajo como técnico informático en una base militar facilitó el acceso a información sensible a Jack Teixeira, un joven miembro de la Guardia Nacional Aérea de Massachusets y supuesto responsable de la filtración de los documentos del Pentágono detenido ayer por el FBI.

La filtración, según este diario, sería consecuencia de una fanfarronada entre jóvenes racistas y amantes de lo militar. El sospechoso, con el seudónimo OG, colgó los documentos en un grupo privado en la red Discord, popular entre aficionados a los videojuegos, con el objetivo de impresionar a otros jóvenes y pidió a los demás miembros del grupo que no los distribuyeran los documentos, asegurando que no tenía intención de ser un denunciante.

El grupo de alrededor de 24 personas, en su mayoría hombres y adolescentes, se formó en 2020 en torno a una ideología ultraderechista y su pasión mutua por las armas de fuego y la religión. Cuando el caso saltó a los medios, el grupo mudó su conversación a otro servidor y el presunto autor de las filtraciones, atemorizado, pidió al resto que borrasen todos los documentos.GARA