EDITORIALA

El PSE avala la impunidad y el PNV se lo compra

La Delegación del Gobierno español en la CAV exigió ayer a seis ayuntamientos gobernados por EH Bildu que retiren las páginas web dedicadas a la memoria de las violaciones de derechos humanos, a pesar de estar realizadas por Aranzadi bajo los criterios del Instituto Gogora y los estándares internacionales. Otros dos consistorios, estos del PNV, se quedan fuera de la amenaza por haber acatado ya las órdenes de Madrid. Hay que recordar que todo parte de una maniobra electoralista de PNV y PSE en Galdakao. También sucede en medio de la polémica sobre el ascenso a teniente general de Arturo Espejo, responsable del operativo en el que murió torturado Mikel Zabalza. Todo resulta chocante. Entre otras cosas, porque es difícil encontrar una institución más inoportuna que la Delegación liderada ahora por Denis Itxaso para ejercer de baluarte de los derechos humanos.

La Delegación del Gobierno es la institución que durante décadas avaló la tortura en Euskal Herria. Era el enlace entre el Estado profundo y su aparato represivo en tierras vascas. Es la responsable de Intxaurrondo, la cuna de los GAL. Es ese lugar en que Arturo Espejo montó una versión oficial para ocultar que él y sus hombres habían torturado hasta la muerte a Mikel Zabalza. Ayer mismo, otro dirigente del PSE, Ekain Rico, dejaba caer que su ascenso responde «a procesos reglados». Claro que tanto Rico como Itxaso «condenan la violencia venga de donde venga». Precisamente, esa es la formula patentada por el PSOE para, al mismo tiempo, financiar la guerra sucia o sofisticar la tortura. Traído a estos días, es fácil condenar la violencia mientras se premia a torturadores y se intenta eliminar el rastro de la tortura, alentando la impunidad.

El precio es dinamitar los consensos mínimos pero fructíferos que se han dado en el terreno de los derechos humanos en la última década. En esta maniobra, el PNV ha traicionado al rigor científico y la autoridad moral de Aranzadi para sostener el relato tuerto y la impunidad criminal de la Delegación del Gobierno. ¿Por ganar las elecciones en Galdakao? ¿Para dinamitar puentes con EH Bildu? ¿Para apuntalar un relato insostenible?… Sea como sea, una terrible irresponsabilidad.