El caso Negreira lleva varias semanas protagonizando la actualidad deportiva y algo que llamaba la atención era el silencio institucional por parte del FC Barcelona. Finalmente, el president azulgrana Joan Laporta compareció ayer para dar explicaciones sobre los pagos al que fuera vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira, durante 18 años, acusando directamente a Javier Tebas, el Real Madrid y la UEFA de estar detrás de una campaña de desprestigio.

Desde el primer momento, Laporta se mostró rotundo a la hora de afirmar que «no se ha realizado nunca ninguna actuación que tuviera como finalidad o intención alterar la competición para obtener una ventaja deportiva a favor» y negó las acusaciones de «corrupción deportiva». En este sentido, explicó que la elaboración de estos informes por parte de una empresa del exvicepresidente del CTA no constituye un hecho «ilícito penal», asegurando que Enríquez Negreira no tenía la capacidad de designar árbitros.

Para demostrar la existencia de los citados documentos, Laporta presentó varias carpetas que contenían 629 informes, 43 CDs y cuatro «informes diversos» con análisis técnico-arbitrales realizados por Javier Enríquez Romero, hijo de Negreira, entre los años 2014 y 2018, momento en que concluyó su relación con el club. En cambio, el presidente no pudo presentar documentos anteriores a ese período, ya que este tipo de documentación «suele destruirse pasados cinco años».

LINCHAMIENTO PÚBLICO

Tras presentar las pruebas que justificarían la inocencia del club en el caso Negreira, Laporta se encargó de apuntar contra quien, según el mandatario, estaría detrás de esta «campaña de desprestigio», lamentando que el Barça ha sido sometido a un «linchamiento público y mediático sin juicio» cuando se le ha negado la presunción de inocencia. En primer lugar, Laporta señaló a Javier Tebas, presidente de LaLiga, por su «actuación irresponsable, poco prudente y falta de profesionalidad en sus manifestaciones constantes para alimentar la polémica». Una actitud con la que cree que Tebas «está denigrando la competición» y que obedece a la negativa de la directiva azulgrana a firmar el acuerdo con CVC por sus derechos de televisión.

A continuación, le tocó el turno al Real Madrid, club contra el que Laporta se despachó extensamente. Del equipo blanco dijo que se ha visto «históricamente favorecido por decisiones arbitrales, y también en la actualidad» por su condición de «equipo del régimen», siempre próximo al «Gobierno de turno». «Durante siete décadas la mayoría de presidentes del Comité de Árbitros, quienes debían impartir justicia en el terreno de juego, han sido exsocios, exjugadores o exdirectivos del Real Madrid. Que este club alegue que se siente perjudicado durante el mejor período de la historia del FC Barcelona me parece un ejercicio de cinismo sin precedentes», declaró.

Finalmente, Laporta se dirigió contra la UEFA, organización que se la tiene jurada al Barça por su implicación en el proyecto de la Superliga, del cual es uno de los tres únicos clubes que todavía no se ha desmarcado. «La UEFA se añade al linchamiento público sin juicio», valoró, matizando que su presidente, Aleksander Čeferin, actúa «con la prudencia que le pide el cargo», en un supuesto ejercicio por tender puentes entre ambas organizaciones y evitar una posible sanción a nivel europeo.