Juan Carlos de Borbón llegó ayer a Sanxenxo en la segunda visita del rey emérito español al municipio gallego desde que en agosto de 2020 se instalara en el emirato de Abu Dabi tras conocerse las supuestas actividades fiscales ilícitas y las revelaciones sobre los orígenes de su fortuna.

La Fiscalía abrió tres diligencias, pero fueron archivadas por prescripción de los delitos y por la inmunidad de sus actividades como jefe de Estado, con dos «regularizaciones» fiscales por medio de más de cinco millones de euros.

Pero la imagen de corrupción que le acompaña sigue provocando revuelo en sus visitas y, al igual que ocurrió en 2022, esta también ha vuelto a recordar su impunidad y ha causado el disgusto del Gobierno y de la propia Casa Real. Y eso que este viaje se anunció más discreto que el primero, en el que el emérito no evitó las cámaras y respondió con un «¿Explicaciones? ¿De qué», al ser interpelado por los periodistas.

Esta vez no estaba prevista sesión fotográfica ni declaraciones a los medios. Por su parte, Zarzuela evitó cualquier comentario y el Ejecutivo español señaló que no tiene nada que decir sobre «una decisión personal» ante una visita incómoda. Tampoco está previsto que acuda a Madrid ni se encuentre con su hijo.

De hecho, la Casa Real intentó que pospusiera su visita hasta después de las elecciones locales y autonómicas, según el diario “El País”, que señaló que Juan Carlos de Borbón tiene intención de volver a Sanxenxo en las próximas semanas.

Un saludo a los periodistas sin bajar la ventanilla del vehículo fue ayer su única interacción pública.

Juan Carlos de Borbón participará el fin de semana en la Copa de España a bordo del barco Bribón y llegaba desde Londres, donde el martes acudió al partido entre el Real Madrid y el Chelsea.

Ministros de Unidas Podemos, socios del Gobierno y partidos independentistas criticaron con dureza su visita al considerar que viene «a reírse de los españoles» cuando lo que tendría que hacer es dar explicaciones por ser un corrupto. El titular de Consumo, Alberto Garzón, afirmó que «hace un daño muy importante a la imagen de España» y la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, tachó de «esperpéntica» y «de vergüenza ajena» la visita.

La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, subrayó que «está poniendo en muy mal lugar, todavía peor, a la monarquía española» y reiteró la petición al Ejecutivo de de Pedro Sánchez para que le retire el titulo honorífico de rey.