Si te gusta el cine de actrices o las películas de Almodóvar, no puedes perderte “Los buenos modales” (2023). Todas están de diez, tanto las protagonistas como las secundarias. Y aunque ellas son la película, el mérito de la directora Marta Díaz consiste en haber sabido equilibrar el reparto. Dada la difcultad que supone pasar de la comedia al drama sin que el tono unitario de la narración se resienta, se consigue gracias a que Elena Irureta y Gloria Muñoz llevan el peso dramático, mientras que Carmen Flores Sandoval y Pepa Aniorte son la pareja cómica. Dicho de otro modo, las primeras se ocupan del melodrama familiar y las segundas de la comedia costumbrista. Las cuatro están tan perfectas en sus respectivos cometidos que aseguran el disfrute del público, a pesar de que al guion le falta desarrollo y se queda en la típica anécdota para un cortometraje. Pero es de entender que cuando cuentas con unas damas de la interpretación en estado de gracia les confíes a ellas la total conexión con el patio de butacas.

En cuanto a contenido, Elena Irureta y Gloria Muñoz representan el homenaje a las abuelas, que siempre están ahí pase lo que pase y que tan influyentes son en nuestra niñez. Queda reflejada muy bien la soledad en que viven estas mujeres, cuando sus hijos e hijas ya han formado sus propias familias. Generosas ellas, hacen como que no ven el egoismo de las nuevas generaciones, que solo les necesitan para cuidar de los nietos y nietas. Para expresar que lo hacen gustosas recurren a la preparación de amorosas recetas caseras, la mayoría dulces.

Por la parte de Carmen Flores Sandoval y Pepa Aniorte el homenaje va dedicado a las asistentas de hogar, por ser unas trabajadoras que se implican en las vidas de los hogares que les toca limpiar o cuidar. De tal modo que dentro del enredo son las que activan la reconciliación entre abuelas, con tal de que nieto y nieta jueguen juntos.