Declan KEARNEY
Presidente nacional del Sinn Fein
GAURKOA

Nuevas oportunidades para el proceso vasco

Este es un período importante para el proceso de paz vasco. Hay una renovada confianza dentro del movimiento independentista. Hace unas semanas, asistí a la celebración del Aberri Eguna organizado por EH Bildu en Iruñea. Fue una gran movilización en apoyo a la independencia nacional vasca. Fue muy importante que Sinn Féin participara. Irlanda y Euskal Herria tienen una amistad histórica. La solidaridad entre las luchas irlandesa y vasca por la independencia es inquebrantable.

Este mes, el 18 y 28 de mayo respectivamente, Sinn Féin y EH Bildu se enfrentan a elecciones potencialmente decisivas. Ambos partidos comparten la posibilidad de lograr nuevos avances electorales importantes.

Actualmente, Sinn Féin ya es el principal partido de Irlanda. Estas elecciones en el norte de Irlanda ofrecen la posibilidad de que nuestro partido se convierta en el más votado a nivel local, consolidando el histórico resultado obtenido en las elecciones a la Asamblea en mayo de 2022.

Hay grandes oportunidades en el horizonte para EH Bildu y la izquierda abertzale. El movimiento independentista vasco tiene una estrategia coherente. Los sucesivos liderazgos políticos han demostrado una gran valentía y visión de futuro. Decisiones innovadoras han creado las condiciones para el proceso de paz y han cambiado el contexto político. Prepararse para gobernar en el futuro es ahora una prioridad para EH Bildu. Pero el partido reconoce claramente, al igual que Sinn Féin en Irlanda, que no puede lograr la independencia vasca por sí solo. Es necesario maximizar la unidad política entre los vascos.

En mi discurso del Aberri Eguna dije que el objetivo de la autodeterminación y la democracia nacional debe estar siempre por encima de la rivalidad política. Es lógico que aquellos que están realmente comprometidos con una sociedad mejor para todo el pueblo vasco desarrollen alianzas y trabajen de manera más estrecha tanto en el ámbito político como con la sociedad civil. Un amplio consenso nacionalista fue esencial para crear las condiciones de paz en Irlanda y garantizar el Acuerdo de Viernes Santo. Es obvio que no hay dos situaciones políticas o luchas por la independencia que sean iguales, pero existe una lógica estratégica convincente en todo el espectro de la opinión nacional y democrática vasca para explorar el potencial de ampliar puntos en común y objetivos políticos compartidos.

La unidad irlandesa está ahora al alcance de la mano. Pero los republicanos irlandeses y otras fuerzas progresistas y democráticas deben acordar los detalles estratégicos y políticos de cómo lograr y ganar un referéndum de unidad para luego iniciar la transición hacia la reunificación. Ese proceso requerirá un mayor compromiso de los sectores más amplios de la opinión pública que apoyan el cambio democrático y constitucional.

Recientemente, una conferencia celebrada en Belfast volvió a poner de relieve el importante papel desempeñado por los gobiernos irlandés y británico, así como de los EEUU y la UE, para ayudar a llevar a cabo el proceso de paz. Asimismo, destacó cómo el Acuerdo de Viernes Santo se forjó como un acuerdo de paz y un marco para gestionar futuros cambios democráticos. Ningún proceso de paz puede ser impulsado por una única parte.

La coalición liderada por el PSOE ha sido beneficiosa para la política en el Estado español. Es el primer gobierno progresista español que incluye una coalición de partidos de izquierda desde la caída de la II República en 1939. Si bien la sombra del régimen franquista sigue contaminando las instituciones políticas y la sociedad civil española, y las fuerzas conservadoras y la nueva extrema derecha representan amenazas para el proceso democrático, este gobierno de coalición, con el apoyo parlamentario de los diputados vascos y catalanes, ha liderado el camino implementando nuevas estrategias y políticas públicas sociales.

El proceso de paz vasco se ha visto reforzado como resultado, pero aún queda mucho por hacer. Es de agradecer que todos los presos políticos hayan sido acercados a prisiones vascas, pero ahora todos deberían ser puestos en libertad; y a los que están exiliados se les debería permitir regresar a casa. Se trata de prioridades humanitarias. Su resolución fomentará la confianza y sentará inevitablemente las bases para el progreso político y la creación de nuevas posibilidades. Es por ello tan importante a día de hoy intensificar el diálogo para generar posiciones comunes en todo el espectro político nacional y democrático vasco, así como en la sociedad civil.

Es hora de resolver de una vez por todas la histórica división política entre España y Cataluña, y el Estado español y Euskal Herria. Los derechos nacionales y la identidad de vascos y catalanes deben ser plenamente reconocidos, con nuevos acuerdos políticos y un reconocimiento de su derecho a la autodeterminación. Mi compañero Arnaldo Otegi lo expresó bien en su discurso en la movilización del Aberri Eguna. «Los vascos no somos ni españoles ni franceses. Somos vascos». La autodeterminación y el cambio constitucional para Irlanda, Euskal Herria y Catalunya son cuestiones políticas europeas significativas que merecen ser abordadas democráticamente.

El Acuerdo de Viernes Santo proporciona el mecanismo para alcanzar la democracia nacional en Irlanda. Es un punto de referencia. Un acuerdo internacional negociado sobre el derecho a la autodeterminación y cambio constitucional entre España y el pueblo vasco y catalán representa el camino pragmático a seguir. La experiencia del proceso de paz demuestra que cuando hay un compromiso sostenido, confianza y buena voluntad entre todas las partes, se obtienen resultados positivos.

La UE puede desempeñar un papel constructivo tanto en relación con Euskal Herria como con Catalunya. La semana pasada, en Bruselas, afirmé que la negación de la democracia nacional en Irlanda, Euskal Herria, Catalunya y Chipre debería ser respaldada como prioridad paneuropea por parte de los partidos de izquierda, democráticos y progresistas. La democracia europea se fortalecerá, no se debilitará, si la UE se compromete a fomentar activamente soluciones negociadas sobre estas cuestiones. La Presidencia española del Consejo de la UE en julio puede convertirse en una puerta de entrada para que la comunidad internacional contribuya a una nueva fase del proceso de paz vasco. Las iniciativas diplomáticas y políticas constructivas darán un impulso importante a la consecución de un acuerdo de paz permanente y democrático en Euskal Herria. Cuando todos los líderes miran hacia el futuro y trabajan en colaboración, todo se vuelve posible.

©An Phoblact