Natxo MATXIN
OSASUNA

Demasiadas facilidades ante un rival inaccesible en casi una década

Un gol encajado al filo del descanso abrió el camino a la décima derrota rojilla consecutiva frente al Atlético, quien sacó buena tajada de las muchas facilidades que los pupilos de Arrasate ofrecieron con varias pérdidas a la hora de salir con el balón jugado.

Griezmann fue el motor atlético y una pesadilla para la zaga osasunista.
Griezmann fue el motor atlético y una pesadilla para la zaga osasunista. (Pierre-Philippe MARCOU | AFP PHOTO)

Décima derrota consecutiva ante el Atlético de un Osasuna que dio demasiadas facilidades a los colchoneros con algunos balones perdidos en propio campo que pagaron muy caro. Los rojillos seguirán una temporada más sin saber cómo sumar ante el cuadro madrileño, quien le tiene tomada la medida al conjunto navarro, que no le gana desde febrero de 2014.

Un gol encajado al filo del descanso -de esos que dejan huella muy negativa- cuando mejor se estaban manejando los pupilos de Jagoba Arrasate marcó el transcurrir del encuentro. Un balón aéreo que no acabó de despejar la zaga rojilla y que pilló a sus laterales totalmente adelantados fue el principio del fin.

Y es que los anfitriones, sin hacer un despliegue futbolístico dominante más allá de los primeros veinte minutos, sí que disponen de piezas lo suficientemente cualificadas como para penalizar al máximo los fallos del adversario. Así, Griezmann y De Paul hicieron gala de su capacidad para interceptar balones en tres cuartos y servir goles en bandeja a sus compañeros con asistencias de precisión quirúrgica.

Si a ello se le suma que Osasuna careció de colmillo cuando vivió sus mejores minutos -el segundo tramo de la primera mitad y el primer cuarto de hora de la segunda-, pues facilitó sobremanera la tarea para que el Atlético certificase de manera matemática su enésima presencia en Champions el próximo ejercicio.

CAMBIO TÁCTICO

Ni siquiera el cambio táctico que obró el técnico de Berriatua en el descanso consiguió el resultado apetecido. El sacrificio de un individualista Chimy Ávila para colocar tres centrales y darles vuelo a los laterales propició más llegada a la meta de Grbic, pero con idéntico desacierto. A diferencia de un bloque local que, a la primera que tuvo en el segundo periodo, finiquitó el envite, en una reedición de los protagonistas de la diana de la primera vuelta en El Sadar.

Pese a la doble desventaja, Arrasate todavía exprimió sus cartas con un triple cambio bajo la confianza de anotar ese tanto que le metiese en el partido. No ocurrió. Demasiada pólvora mojada como para pensar en al menos enjugar una diferencia tan notable en el electrónico.

Al revés, la brecha se hizo mayor con el tercer gol colchonero y Osasuna cambió el chip para enfocar toda su energía en el encuentro de este jueves frente al Athletic. De lo que suceda en ese derbi pueden depender gran parte de las opciones europeas de ambos.