Raimundo FITERO
DE REOJO

La urgente lentitud

A partir de descubrir la vivienda de un caballero de cuarenta y ocho años con síndrome de Diógenes en la localidad catalana de El Prat, pesando más de doscientos cincuenta kilos, que tuvieron que intervenir los bomberos abriendo un boquete en la fachada a partir de una ventana, sacar toneladas de desperdicios y usar una grúa para meterlo en el transporte, se vuelve a disparar la alarma general, porque, al parecer, este hombre estuvo cerca de tres años sin salir de casa, abandonó su medicación habitual, recibía comida del exterior, los vecinos habían denunciado en diferentes instancias la situación debido al hedor que desprendía su piso y se tardó demasiado tiempo en intervenir.

Repasando los antecedentes de este caso, concurren casi todos los rasgos que estremecen, por su caso personal, su problema de salud mental, la extrema soledad de esta persona, sin que nadie se preocupe de su vida, sin que existan resortes institucionales para intervenir antes de llegar a estas circunstancias. La lentitud ante la emergencia duele y un dato oficial, en una parte de Catalunya, se tienen detectados cerca de cuatrocientos casos de Diógenes. ¿Qué está pasando?

Existen a la vez las urgencias patológicas incontrolables como la de un pasajero coreano que estando su avión haciendo las maniobras de aterrizaje, abrió la puerta de la cabina. Hay imágenes espectaculares, los pasajeros afectados por la entrada de ese aire y en pánico. Y al llegar, ese hombre aseguró que lo había hecho porque «quería bajar rápido». La lógica aplastante. La urgente lentitud o viceversa.