Ingo NIEBEL
NUEVA Y TARDÍA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD NACIONAL

El Gobierno alemán da el adiós definitivo a la «ostpolitik»

El tripartito de Olaf Scholz ha presentado la primera estrategia de seguridad nacional de Alemania. El documento llega con año y medio de retraso y refleja la discordia entre los socios. Prioriza la seguridad doméstica e ignora la geopolítica, situando a Rusia como «la mayor amenaza» y a China como «rival sistémico». Berlín gestionará su seguridad sin el correspondiente órgano nacional.

(Michele TANTUSSI | AFP)

Después de quince meses, el Gobierno ha publicado su estrategia de seguridad nacional. Es el primer documento con este nombre. En su elaboración participaron el SPD, los Verdes y el FDP. El retraso se ha debido, sobre todo, a problemas entre la Cancillería de Olaf Scholz, del SPD, y el Ministerio de Exteriores, de la ecologista Annalena Baerbock. El titular de Finanzas, Christian Lindner (FDP), se ha mantenido al margen, aunque su partido insiste en que Alemania necesita también un Consejo Nacional de Seguridad permanente, como en EEUU.

Sorprende que Berlín se quede muy lejos de lo que Washington entiende como estrategia nacional de seguridad. La perspectiva estadounidense ve la seguridad como algo que ha de crearse en el exterior para defender sus intereses, pero la alemana la enfoca en cómo defender su República Federal ante las amenazas militar, informática y extremista.

Por eso, la estrategia alemana cita tres pilares: «capaz de defenderse», «resiliente» y «sostenible». Respecto al primero, quiere fortalecer las Fuerzas Armadas (Bundeswehr), la defensa del territorio y la protección civil. Berlín destinará el 2% de su PIB a modernizar sus Fuerzas Armadas. Parte del dinero saldrá del presupuesto extraordinario de 100.000 millones de euros que el Gobierno de Scholz acordó en 2022 como reacción a la invasión rusa de Ucrania. Aparte de la tradicional defensa militar, la estrategia del Ejecutivo se centra también en la protección contra ciberataques y desde el espacio contra sus infraestructuras.

PRETENDE DEFENDER, ADEMÁS, SU ORDEN CONSTITUCIONAL Y SU SISTEMA POLÍTICO

contra la «intromisión ilegal» desde fuera. Y quiere lograr la sostenibilidad luchando contra las crisis del clima, la biodiversidad y el sistema ecológico, al tiempo que quiere fortalecer la seguridad alimenticia y la prevención pandémica a nivel global.

La estrategia nacional no hace mención a cómo piensa el Gobierno alemán defender los intereses de su economía e industria fuera de sus fronteras y más allá de la protección de las instalaciones en Alemania. «Nuestros intereses de seguridad son definidos por nuestra situación geográfica y nuestra pertenencia a la Unión Europea y a la OTAN, por nuestro sistema económico basado en la economía social de mercado y sus relaciones internacionales, y por la responsabilidad internacional de nuestros medios naturales de subsistencia», reza el documento de 76 páginas.

En este contexto, define como su objetivo primordial «la protección de las personas, de la soberanía y de la integridad territorial de nuestro país, de la UE y de nuestros aliados», al que sigue la defensa de su propio sistema político.

Berlín quiere lograr esas metas aumentado «la capacidad de actuar y la cohesión interna de la UE», además de fortalecer y ampliar «nuestra profunda amistad con Francia». Solo después menciona la consolidación de «la alianza transatlántica y la estrecha cooperación llena de confianza» con EEUU. Mientras que Rusia es considerada como «la mayor amenaza para la paz y seguridad en el espacio euroatlántico» y a China se le ve como «socio, competidor y rival sistémico».

SCHOLZ SUBRAYÓ «EL CARÁCTER DE SEGURIDAD INTEGRAL» DE SU ESTRATEGIA,

pero rechaza crear un Consejo Nacional de Seguridad porque no ve ningún «beneficio» en tener dicho órgano. La afirmación sorprende ante el federalismo alemán con sus 16 estructuras regionales y por las experiencias obtenidas hace dos años, cuando unas lluvias torrenciales fueron catastróficas porque faltó coordinación interregional. Ahora solo existe el Consejo Federal de Seguridad, que se reúne esporádicamente ante todo para conceder permisos de exportar armas.

Expertos señalan, sin embargo, que sin un Consejo de Seguridad permanente, el Gobierno carece de la capacidad para monitorizar las 24 horas y los siete días de la semana la situación internacional para poder proteger el país.