EDITORIALA

No suspende Osakidetza, sino los actuales gestores

La Universidad de Deusto hizo público ayer el barómetro con el que, cada seis meses, trata de captar la opinión de los habitantes de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa sobre la situación política, social y económica. De la fotografía presentada ayer destaca que la inflación es la primera preocupación social y que Osakidetza ha ascendido hasta la segunda posición. Aunque según la encuesta, la gente no es excesivamente pesimista con respecto a la evolución económica, casi la mitad de los encuestados reconoce que el alza de precios le ha obligado a recortar gastos en ocio, pero también en calefacción, y una cuarta parte ha reducido el desembolso en alimentación. La factura que está pasando la inflación a los presupuestos familiares es, sin duda, notable.

Quizás lo más llamativo es que Osakidetza, además de ser la segunda preocupación por detrás de la inflación, suspende por primera vez en el barómetro. Algunas respuestas de la encuesta dan sentido a este suspenso. En primer lugar, en general, la gente critica la gestión de las listas de espera, y relaciona las demoras en las citas con la falta de personal, que achaca a la penuria de recursos. Por lo demás, los encuestados consideran aceptable la atención que reciben, el estado de las instalaciones sanitarias, y suficiente el tiempo que los médicos dedicaron a atenderles. De modo que a pesar del suspenso, existe una satisfacción general con los servicios de Osakidetza. En este sentido, conviene subrayar que una aplastante mayoría de los encuestados prefiere la sanidad pública a la privada, apoya las reivindicaciones laborales de los trabajadores y casi un tercio apuesta claramente por subir los impuestos para mejorar la calidad de Osakidetza. De todo ello se desprende que la prioridad política de la ciudadanía pasa por mantener el sistema público de salud, invertir más en personal y, si es necesario, pagar más impuestos.

El barómetro muestra que la sociedad vasca hace un análisis muy lúcido de la situación de Osakidetza, muestra una clara preferencia por el sistema público de salud y apoya propuestas congruentes con ese objetivo. La sociedad vasca no suspende a Osakidetza, sino a los actuales gestores.