XOLE ARAMENDI
GETARIA

Josep Font repasa sus 30 años de creación en el Museo Balenciaga

El Museo Balenciaga alberga la única muestra antológica protagonizada por Josep Font. Además, es la primera vez que el museo dedica una exposición a un creador al margen del creador getariarra. Y se estrena sala. Triple circunstacia que hace especial la exposición.

En los diseños de Font destacan los bordados que requieren gran destreza.
En los diseños de Font destacan los bordados que requieren gran destreza. (Maialen ANDRES | FOKU)

Para Font, la belleza, en todo su esplendor, produce inquietud e incluso desasosiego, pero es quizás por ello que genera, también, la energía para seguir alcanzándola sin parar. De ahí el título, “Belleza e inquietud”. La muestra coincide con la culminación del proceso de ampliación del recorrido expositivo, con lo que se inaugura una nueva sala para la exhibición de colecciones temporales. Producida por el Museo Cristóbal Balenciaga, y comisariada por Josep Casamartina i Parassols -director de la Fundació Antoni de Montpalau-, en total se muestran 54 piezas de indumentaria de alta costura y prêt-à-porter: abrigos, conjuntos de calle, cóctel, noche y novia.

También se incluyen complementos como zapatos, perfe umes y tocados. Asimismo, el visitante puede ver hasta el 7 de enero fotografías emblemáticas Joseph Hunwick, Javier Biosca y Ernesto Artillo, junto a una entrevista -apenas ha concedido en su trayectoria- realizada al creador por el Museo Victoria & Albert de Londres.

DISCRECIÓN

Al igual que Balenciaga, Font quiere que sea su obra quien habla por él. «Coinciden en su discreción y tienes una vida personal alejada y disociada de su obra», en opinión del comisario.

Destaca en ambos creadores su afán de perfeccionismo. «La obra de ambos está caracterizada por su autoexigencia extrema y su originalidad, ejerciendo una clara influencia en otros modistos y llegando a crear un universo propio sustentado en las formas y en la estructura», incidió.

El día que el comisario le propuso protagonizar una muestra antológica Font le reconoció que no tenía necesidad de una exposición -«no tengo suficiente ego», fueron sus palabras-, pero que «si quería que hiciéramos algo, tenía que estar muy bien hecho». El hecho de que fuese el museo de Getaria el elegido lo convenció finalmente.

Para él cobra especial importancia el hecho de que el público pueda contemplar sus vestidos de cerca. «Mucha gente ha visto las prendas en desfiles. Lo realmente interesante es percibir los detalles de su composición, la conjunción de colores y tejidos, la caída de las telas», en opinión de Font.

Aun siendo distintos en cuanto al tiempo vivido, el concepto, la personalidad y la producción. Apoyado en estos puntos que confluyen en la obra de ambos creadores, la exposición refleja el diálogo que ha mantenido el modisto catalán con el maestro vasco de la alta costura desde hace tres décadas.

La firma de ropa Josep Font consolida su propia marca con Luz Díaz, sobre todo a partir de 1987. Estaba destinada a la producción y distribución de prendas prêt-à-porter y novia. Juntos crearon una estética de colores sobrios, austera y depurada. En 1995 siguió su carrera en solitario, reflejado en un mundo mágico y delicado, de gran sensibilidad, y marcado por la utilización de tejidos lujosos y refinados, en los que destacan los bordados.

Fue en el atelier cercano a Barcelona donde nacieron las prendas. Alejado de grandes producciones en serie, desfiló en Barcelona, Madrid, Paris y Tokyo y a través de una sólida carrera, la firma logró posicionarse internacionalmente. Tras perder su propia firma, Font vivió una segunda etapa al frente de DelPozo, empresa que lideró seis años tras el fallecimiento de Jesús del Pozo y cuya dirección creativa abandonó luego. La muestra propone un discurso productivo estético de de treinta años, diferenciada en las dos etapas.

La Fundación Antoni de Montpalau cuenta con un fondo de 17.500 piezas de indumentaria de Font.