«Pedimos que se haga presión a Polonia para que se le respeten unos derechos mínimos: visitas regulares, llamadas regulares con la familia y un proceso judicial justo, lo antes posible y con garantías», reclamó Oihana Goiriena, madre de los tres hijos del periodista vasco Pablo González, en prisión desde hace 16 meses en Polonia. Ofreció un testimonio desgarrador ya que no le han permitido hablar por teléfono con sus hijos y solo ha recibido tres visitas familiares. Goiriena denunció sus condiciones de aislamiento en prisión, «que no se justifican sin haber presentado cargo o acusación concreta» y «sin fecha de juicio a la vista».

En la rueda de prensa previa a las dos charlas para dar a conocer su caso, Juan Teixeira, cámara y compañero de González, denunció que «ante la inacción del Gobierno español nos vemos obligados a venir aquí». Relató los últimos días de trabajo en Ucrania antes del regreso de González a Euskal Herria y la vuelta, para narrar la crisis de refugiados, a Polonia, donde fue arrestado acusado de ser un espía ruso -tiene doble nacionalidad-.

Los veteranos periodistas Teresa Aranguren y Paco Audije subrayaron que el contexto de la guerra rusa en Ucrania «no puede ser excusa para perder derechos fundamentales» y consideraron que a González se le está prolongando el proceso jurídico como castigo.

En la ponencia “La situación del periodismo global ante el auge reaccionario”, el periodista de GARA especializa- do en internacional Dabid Lazkanoiturburu destacó su gran aportación por su conocimiento del espacio postsoviético y ensalzó su condición de periodista muy riguroso y valioso para este medio, mientras otros colegas y activistas incidían en la ola reaccionaria que recorre Europa y atenta contra la libertad de prensa.

En la charla, los eurodiputados Pernando Barrena, Miguel Urbán y Ana Miranda detallaron las infructuosas iniciativas que han intentado llevar adelante en el Parlamento y denunciaron la pasividad de Madrid y de las instituciones comunitarias.

Familiares, colegas y organizaciones de apoyo reclamaron un mayor «apoyo político» desde distintas instancias y que el Ministerio de Exteriores español vaya «más allá de un apoyo consular básico».