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KIEV-MOSCÚ

Zelenski pide un escudo aéreo para toda Ucrania tras otro ataque a Odessa

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha pedido de nuevo un escudo aéreo que proteja a todo el país de los misiles rusos tras un nuevo ataque a la ciudad portuaria de Odessa que deja dos muertos y varios monumentos destruidos, entre ellos la catedral ortodoxa. Moscú niega un ataque al templo y asegura haber destruido sus objetivos, drones acuáticos y mercenarios.

Zelenski, en una imagen de su reciente visita a la isla de las Serpientes, en la región de Odessa.
Zelenski, en una imagen de su reciente visita a la isla de las Serpientes, en la región de Odessa. (AFP)

La ciudad portuaria de Odessa, en el mar Negro, volvió a ser atacada durante la madrugada de ayer, por quinto día consecutivo, ataques con misiles crucero de los que Ucrania responsabilizó a Rusia y que llevaron al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, a anunciar represalias y a pedir de nuevo un escudo aéreo que proteja el cielo de todo el país. «Ucrania necesita un escudo aéreo completo: ésta es la única manera de derrotar el terror de los misiles rusos», escribió en Telegram. Y agregó que gracias a la ayuda de sus socios occidentales y a los sistemas de defensa aérea proporcionados, los «defensores del cielo han salvado miles de vidas».

Según el Ministerio ucraniano de Defensa, el objetivo de Rusia es aislar completamente el acceso de Ucrania al mar Negro, dos personas murieron y otras 22 resultaron heridas, entre ellas cuatro menores, en el ataque nocturno contra la región de Odessa, en el que las fuerzas rusas lanzaron 19 misiles, de los que la defensa antiaérea ucraniana derribó nueve.

Ese ataque, del que Kiev responsabiliza a Moscú, causó daños en 25 monumentos arquitectónicos del centro histórico de Odessa, patrimonio mundial de la Unesco, entre ellos la Catedral de la Transfiguración, restaurada en 2007, el principal templo ortodoxo de la ciudad y aún dependiente del Patriarcado de Moscú.

Tanto la Unesco como la Unión Europea condenaron el ataque, que Bruselas tildó de «nuevo crimen de guerra».

Rusia negó su implicación al afirmar que planifica «minuciosamente» sus ataques, lo que «excluye de entrada la destrucción de instalaciones civiles» y obras del patrimonio cultural e histórico.

Sostuvo que es más que probable que los daños en el templo los causara la caída de un misil antiaéreo por «una actuación incompetente de operadores de sistemas de defensa aérea (…) emplazados intencionadamente en barrios residenciales» y no de un ataque ruso con armas de precisión. Dijo que el ataque ruso estaba dirigido contra drones acuáticos y mercenarios extranjeros en instalaciones donde se preparan «actos terroristas con el empleo de lanchas no tripuladas» y que «todos los objetivos han sido destruidos».



Lukashenko dice que los miembros de Wagner quieren ir hacia Polonia

El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, expresó ayer su preocupación por el hecho de que los mercenarios del Grupo Wagner emplazados en su país quieran avanzar hasta Varsovia debido al apoyo de Polonia al Ejército ucraniano. «Nos han empezado a inquietar los wagneritas. ‘Queremos ir a Occidente. Denos permiso’, dicen. Y yo les digo ‘para qué queréis ir a Occidente’. ‘Para hacer una excursión a Varsovia, a Rzeszow’», señaló Lukashenko al comienzo de la reunión con el presidente ruso, Vladimir Putin, en San Petersburgo.

Aseguró a Putin que Minsk mantendrá a los wagneritas en la base de Moguiliov, según lo acordado tras la fallida rebelión armada protagonizada por dicho grupo hace un mes y que no les permitirá trasladarse, pero destacó que los mercenarios rusos combatieron en Bajmut contra unidades ucranianas equipadas con armamento occidental que llegó en avión al aeródromo polaco de Rzeszow.

En la reunión, ambos abordaron el reciente anuncio de Polonia de reforzar militarmente la frontera con Bielorrusia. Lukashenko insinuó que la ayuda polaca a Kiev es en pago por la posible anexión de partes de Ucrania y para ello el paso previo es su ingreso en la OTAN.

El viernes, Putin advirtió a Varsovia de que un ataque a Bielorrusia significaría una agresión a Rusia, a la que esta respondería. Recordó que los territorios occidentales de Polonia fueron «un regalo de Stalin» y denunció planes de Polonia y Lituania de crear una agrupación de fuerzas regulares para «ocupar» el oeste de Ucrania. GARA