EDITORIALA

La crisis climática exige a diario un cambio de rumbo

El norte de África está sufriendo los efectos de las altas temperaturas, especialmente algunas zonas montañosas de Argelia, donde se extienden varios incendios sin control. Las consecuencias de los mismos se cuentan por docenas de muertos y heridos, y miles de evacuados, además del desastre natural que suponen. El calor extremo y los vientos han provocado al menos 97 incendios, pero no se puede hablar de la casualidad de un día de calor. No se han producido solo en Argelia, sino en otras muchas regiones del Mediterráneo, como muestra trágicamente la mayor operación de evacuación jamás llevada a cabo en la isla de Rodas, en Grecia, y han tenido lugar por la misma causa, que año tras año se agudiza.

El verano comenzó y continúa batiendo tristes récords de calor en medio mundo. Hace unos días eran noticia Centroeuropa o Estados Unidos; ahora, el norte de África, y se trata de algo cada vez más habitual. La causa del calentamiento global es conocida, las voces de alarma cada vez más reiterativas, pero las más autorizadas apenas logran un titular de prensa de vez en cuando; sin embargo, son frecuentes los que dan cuenta de desastres cada vez más letales y destructores. Las escasas y tardías medidas que los estados acuerdan están muy lejos de las que vienen recomendando los expertos y que hace tiempo deberían estar vigentes, teniendo en cuenta que cada vez hay más daños irreparables.

Cuando en casi todo el mundo aumentan los presupuestos en Defensa, cabe preguntarse en defensa de quién, toda vez que la reacción ante la cada vez más alarmante amenaza para la población mundial, cual es la crisis climática, apenas va más allá de la mera propaganda y, en cualquier caso no responde a los intereses de la gente. La presión de los lobbies energéticos tiene mayor influencia en la comunidad internacional que las numerosas y rigurosas investigaciones de organismos científicos internacionales que no hacen sino reiterar, más que la posibilidad, la probabilidad de un futuro bastante dudoso para las generaciones venideras si no se aborda un cambio de rumbo radical al respecto.