El Estado Islámico de Jorasán reivindicó el atentado suicida contra una reunión del partido religioso Jamiat Ulema-i-Islam (JUI-F) en el norte del país, que dejó al menos 54 muertos y 80 heridos según el balance de las autoridades que no dejó de aumentar desde el domingo.

La Policía señaló que se utilizaron entre diez y doce kilogramos de explosivos y que detuvo a tres sospechosos, de los que no aclaró su grado de implicación en el ataque.

El JUI-F comparte vínculos con el Gobierno talibán de Afganistán, que se sumó a las condenas de varios grupos e instituciones, incluido el principal grupo talibán paquistaní, el Tehreek-e-Taliban Pakistán (TTP).

El Estado Islámico, en su reivindicación, confirmó que el ataque se dirigió contra «el partido paquistaní apóstata».

El JUI-F está dirigida por el clérigo y político Fazlur Rehman, quien escapó de al menos dos ataques con bomba conocidos en 2011 y 2014. Rehman es un firme partidario del Gobierno talibán afgano, contra el que también actúa el Estado Islámico.

El grupo yihadista reivindicó en marzo un ataque suicida que dejó diez muertos, entre ellos nueve oficiales de policía, en el sur de Pakistán. En enero protagonizó uno de los atentados más graves contra las fuerzas de seguridad en ese país, con un centenar de muertos y más de 50 heridos.

Pakistán experimentó un aumento de la violencia armada desde la llegada al poder de los talibanes en Kabul en agosto de 2021, que reactivó los ataques de sus hermanos ideológicos paquistaníes.