D.L.

Frente común golpista con Níger en el oeste de África contra Occidente

Las juntas militares de Guinea-Conakri, Mali y Burkina Faso apoyan la asonada en Níger y las dos últimas advierten de que responderán a una eventual intervención militar de la Unión africana occidental para forzar el retorno a la legalidad. «Sería el fin de la Cedeao», amenazan.

Manifestantes vitorean a los militares en Niamey, capital de Níger.
Manifestantes vitorean a los militares en Niamey, capital de Níger. (AFP)

Las juntas militares que llegaron al poder tras perpetrar golpes de Estado en Burkina Faso, Mali y Guinea-Conakri han hecho frente común con sus homólogos en Níger y las dos primeras han llegado a advertir de que cualquier intervención militar contra los golpistas nigerinos equivaldría a una declaración de guerra contra ellas.

Los militares de Mali y Burkina Faso añaden que el uso de la fuerza contra Níger conduciría a la retirada de ambos países de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), «así como a la adopción de medidas de autodefensa en apoyo de las Fuerzas Armadas y el pueblo» nigerino.

También advierten «contra las desastrosas consecuencias de una intervención militar en Níger, que podría desestabilizar toda la región, como ocurrió con la intervención unilateral de la OTAN en Libia, que provocó la expansión del terrorismo en el Sahel y en África Occidental».

Ambos países, donde los militares también dieron un golpe de Estado, se han mostrado «profundamente indignados y sorprendidos» por la «actitud aventurera de algunos líderes» de Africa Occidental por su «deseo de utilizar la fuerza» y denuncian «la persistencia» de las organizaciones regionales «en imponer sanciones que agravan el sufrimiento de los pueblos y ponen en peligro el espíritu panafricanista».

ULTIMÁTUM Y SANCIONES

La reacción de Mali y Burkina Faso tiene lugar después de que el domingo la Cedeao suspendiera las relaciones con Níger tras el golpe de Estado del pasado miércoles, y de que diera un ultimátum de siete días a los golpistas de Níger para que liberen y devuelvan el poder al depuesto presidente Mohamed Bazoum, sin excluir el uso de la fuerza.

Ese mismo día, la Unión Económica y Monetaria del África Occidental (Uemao) anunció diez sanciones financieras contra Níger y la junta militar golpista.

Las sanciones incluyen el cierre de las fronteras aéreas y terrestres entre Níger y los países de la Uemao y la prohibición de sobrevuelo del espacio aéreo para cualquier aeronave desde o hacia Níger.

Además, prevén la suspensión de todas las transacciones comerciales y financieras entre los países de la Uemao y Níger, incluidas las relativas a productos petroleros, electricidad, bienes y servicios.

La junta militar que gobierna Guinea-Conakri señala asimismo que una intervención militar contra Níger conduciría a «la ruptura de facto» de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental y añade que «las medidas de sanción preconizadas, incluida la intervención militar, son una opción que no sería una solución al problema actual, sino que provocarían un desastre humano cuyas consecuencias podrían traspasar las fronteras de Níger».

Níger se ha convertido en el cuarto país del oeste de África liderado por una junta militar, después de Mali, Guinea-Conakri y Burkina Faso, donde también se han perpetrado asonadas entre 2020 y 2022.

Los tres países son objeto desde entonces de sanciones por parte de la Cedeao.

El golpe de Estado en Níger se produce en un contexto de ahondamiento de la crisis económica y de seguridad en el país, que hace frente a un incremento de las operaciones de las ramas de los grupos yihadista ISIS y Al Qaeda.

La asonada ha azuzado las preocupaciones sobre la inestabilidad política en el país africano, que se ha visto sacudido por otros cuatro -ahora cinco- golpes de Estado desde que obtuviera en 1960 la independencia de la metrópoli francesa, así como varios intentos frustrados, el último de ellos en 2021, días antes de que Bazoum asumiera el cargo.

EVACUACIONES

Un día después de que la junta militar golpista nigerina, liderada por el que era jefe de la guardia presidencial, el general Abdourahmane Tchiani, aireara un supuesto plan francés para intervenir militarmente -extremo desmentido por París-, el Ministerio de Exteriores galo anunció la puesta en marcha de un plan de evacuación de sus casi 600 ciudadanos, así como de los europeos que lo de deseen, de Níger, «ante el deterioro de la situación».

En principio entre los evacuados no estarían los 1.500 militares franceses que tiene desplegados en Níger, cuya labor quedó suspendida el pasado sábado en respuesta al golpe de Estado militar del pasado 26 de julio.

Italia fletará asimismo un «vuelo especial» para que sus ciudadanos en Níger, en torno a un centenar de civiles, puedan abandonar el país.

El Estado español ha anunciado lo propio y evacuará a sus nacionales.

Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha denunciado ataques y amenazas contra periodistas locales e internacionales.

El domingo pasado, miles de personas apedrearon el edificio de la misión diplomática francesa en la capital, llegando a prender fuego a una de sus entradas. Algunos manifestantes portaban banderas rusas y pancartas de apoyo al presidente ruso, Vladimir Putin, junto con diatribas contra Francia.

El Kremlin ha mostrado su confianza en que Níger «volverá pronto a la senda constitucional». De momento, los golpistas han derogado la Constitución, han instaurado un toque de queda y cerrado las fronteras del país. Mantienen en arresto al presidente legítimo y han detenido a varios de sus ministros.



Protestas por el acoso a la oposición en Senegal

Al menos dos personas murieron en Senegal durante las protestas que se desencadenaron tras la detención el viernes pasado del líder opositor y candidato presidencial, Ousmane Sonko, inculpado de ocho cargos.

Horas después, el Gobierno de Senegal anunció la disolución de su partido político Pastef (Patriotas de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad) alegando que a través de sus dirigentes y órganos de gestión «ha llamado frecuentemente a sus simpatizantes a participar en movimientos insurreccionales».

Tras su arresto se desataron enfrentamientos en la capital, Dakar, y en otras ciudades del país entre las fuerzas policiales y jóvenes que quemaron neumáticos, hicieron barricadas y bloquearon carreteras. Las autoridades suspendieron temporalmente internet.

Este es el tercer caso contra el líder opositor, al que un tribunal condenó en junio a dos años de prisión por un delito de corrupción de la juventud, un veredicto que ocasionó violentas protestas en las que murieron al menos 16 personas, según el Ejecutivo, una cifra que Amnistía Internacional eleva a 23 y la oposición, a más de 30.

Además, en marzo fue condenado a dos meses de prisión suspendida por difamación tras ser demandado por el ministro de Turismo.

El popular opositor ha denunciado la instrumentalización de la Justicia por parte del presidente senegalés, Macky Sall, para impedirle concurrir en los próximos comicios, previstos para 2024. Conocido por su discurso antisistema, Sonko critica la mala gobernanza, la corrupción y el neocolonialismo francés, reclamando un «reequilibrio» en las relaciones con los países europeos, y cuenta con muchos seguidores entre los jóvenes.

La detención de Sonko puede cerrarle el camino electoral, no solo por perder la elegibilidad, sino por encontrarse en prisión durante la campaña. Según el analista político Abdou Ndukur Kacc Ndao, «Pastef no tiene los medios políticos para establecer un equilibrio de poder favorable» para una candidatura de Sonko. La detención deja un gran vacío en su partido, ya debilitado en los últimos meses por cientos de arrestos, incluidos altos cargos que aún están en la cárcel. Ndao teme «una gran cacería» de los responsables de la formación, que cuenta con varios electos en la Asamblea Nacional y ejecutivos locales.GARA