Koldo LANDALUZE
ALGÚN DÍA NOS LO CONTAREMOS TODO

Amores imposibles en lo más crudo del verano

Mientras la cartelera alberga la película “Más que nunca”, se ha estrenado una nueva propuesta de Emily Atef que salta del viaje existencial que protagonizaba Vicky Krieps a una nueva lucha interna expuesta por otra mujer que, en esta oportunidad, ha sido encarnada por Marlene Burow. Tomando como base la exitosa novela homónima de Daniela Krien, “Algún día nos lo contaremos todo” se muestra como un melodrama rural y muy tórrido que aborda un amor imposible que comparten una joven rebelde, pero que se encuentra atrapada en un entorno tendente a apagar sus ilusiones, y un hombre maduro y rudo que también comparte con la protagonista una atadura invisible que le impide dejar atrás dicho espacio. El argumento se escenifica en el caluroso verano de 1990, y la joven ve pasar los días leyendo en un ático que comparte con su compañero sentimental. No obstante, esta mecánica queda interrumpida en cuanto asoma la figura de un campesino que trabaja para la familia de su compañero.

Prendida la mecha de dicho encuentro, todo derivará hacia un nuevo contexto en el que ella y el campesino, que le supera en edad, comparten una relación de amour fou que desde su inicio estará abocada al drama. Atef vuelve a demostrar que se desenvuelve bien en las distancias cortas, pero el gran problema de la película es que deja claro su juego en cuanto las cartas quedan descubiertas sobre la mesa y la narración se vuelve reiterante.

Algo que queda evidente viendo el contexto sociopolítico en el que se desarrolla el filme, una época en la que progresivamente se va diluyendo