Amaia U. LASAGABASTER
CAMPEONATO DEL MUNDO

La revolución de los modestos

Los octavos de final se completan hoy con los dos últimos partidos. Francia juega contra Marruecos, única debutante en superar la fase de grupos. Superado ya su techo se enfrenta a Colombia Jamaica, que necesitó ayuda popular para viajar en condiciones.

Las jamaicanas celebran su clasificación a octavos tras empatar con Brasil.
Las jamaicanas celebran su clasificación a octavos tras empatar con Brasil. (William WEST | AFP)

El fútbol se democratiza. No desaparecen las clases pero el ascensor se ha puesto en marcha y las elites ya no son intocables. Se revela un acierto el Mundial de 32 selecciones, en el que muy pocas se han visto sin posibilidades de competir y unas cuantas han convertido la palabra sorpresa en habitual. Inglaterra es el único campeón continental que sigue en pie en un torneo que ha perdido a la tetracampeona Estados Unidos, siempre presente en el podio, y a la bicampeona Alemania, que ni siquiera llegó a las eliminatorias. A cambio, no pocos equipos han hecho historia, incluyendo tres de los que hoy disputarán, junto a Francia, los últimos partidos de octavos de final. Marruecos, que precisamente se enfrentará a las galas, debuta en el Mundial a lo grande; en su segunda participación, Jamaica ha superado ya su techo y Colombia, el otro superviviente americano, lo ha igualado.

SIN FONDOS

Ninguno de ellos ha llegado por un camino fácil, que en el caso de las “Reggae Girlz” les ha llevado incluso a recurrir a la ayuda popular para viajar en condiciones. Y no es la primera vez que pasa.

Ya en 2014 Cedella Marley, la hija de Bob Marley, acudió en ayuda de la selección, inactiva desde que la Federación decidiese dejarla sin presupuesto cuatro años antes. Con la implicación de toda la familia, puso en marcha una recogida de fondos gracias a la que se rehízo el equipo, que solo cuatro años más tarde acabó tercero en el Premundial de la CONCACAF, solo por detrás de Estados Unidos y Canadá, lo que le valió disputar su primer Mundial.

La Federación se dio por aludida y el fútbol femenino volvió a constar en sus programas. Pero la inversión ha seguido siendo escasa. Tanto, que apenas un mes antes de que arrancara el Mundial, la madre de Havana Solaun, Sandra Phillips-Brower, ponía en marcha otra recogida de fondos. Un millar de donantes ha aportado ya más de 70.000 dólares a un fondo que sigue creciendo, permitiendo al equipo, que apenas disputó amistosos y solo se concentró unos pocos días antes del torneo, mejorar las condiciones en las que les hizo viajar la Federación.

PLAN EN MARCHA

El caso de Marruecos es muy diferente. El fútbol femenino era poco menos que una excentricidad hasta anteayer -la selección disputó su primer partido en 1998- pero la Federación ha recuperado terreno a pasos agigantados gracias a un plan ambicioso y una inversión considerable que le ha llevado ser el único equipo del mundo con dos categorías de fútbol profesionales. La Federacion sufraga los gastos en buena medida pero también obliga a los clubes participantes a trabajar la cantera, en una política de inversión desde la base que se extiende a la selección.

Los resultados son evidentes. Marruecos acogió el año pasado la Copa África con una brillante respuesta del público -los 46.000 espectadores de la semifinal batieron el récord dontinental de asistencia- y aun mejor de su propio equipo, que por primera vez alcanzó la final. Las consecuencias las está disfrutando ahora.

PROTESTA

No están tan implicadas las instituciones en Colombia, que también el año pasado organizó la Copa América y que también vio cómo su selección alcanzaba la final, asegurándose su tercera participación en el Mundoal tras perderse el de 2019. Pero una de las imágenes del campeonato fue la protesta de las internacionales, tanto por las pobres condiciones en las que trabajan habitualmente como por el nulo interés en la Liga nacional -en la que milita la mitad de la selección- que, de hecho, a duras penas ha podido disputarse en 2023.

Un contexto descorazonador pese a lo que las colombianas se han convertido en las únicas representantes sudamericanas en octavos tras su gran actuación en la fase de grupos.