Josu MONTERO
Escritor y crítico literario

Ferragosto

Ferragosto! La palabra proviene de Feriae Augusti, la Fiesta de Augusto, que los cristianos hicieron coincidir con la Asunción de la Virgen. Hace cinco días fue San Lorenzo, al que los malos asaron vuelta y vuelta en una parrilla, y hoy es la Virgen de Agosto y sus mil fiestas. La religión ya no rige nuestras vidas, a Dios gracias, pero sigue encastillado en nuestro calendario con todo su arsenal de santos, mártires, beatos, obispos y vírgenes. Soy fan del Taco del Corazón de Jesús, todo un tesoro de nombres tan insólitos como fascinantes, 365 hojitas del árbol del año que van cayendo una a una. Soy también forofo del Calendario Zaragozano, creado en 1840 por Mariano Castillo, y que nada tiene que ver con Zaragoza, sino que don Mariano le bautizó así en honor de Victoriano Zaragozano, astrónomo del siglo XVI creador de los primeros almanaques. Pero soy todavía más fan de ese empeño de la Revolución Francesa por crear un nuevo calendario libre de referencias religiosas, un tiempo republicanamente nuevo; el Calendario Republicano, vigente de 1792 a 1806, fue ideado por matemáticos y astrónomos, y el poeta Fabre d´Eglantine nombró los nuevos meses y días. El año comenzaba el 23 de setiembre, día de la abolición de la realeza y equinoccio de otoño y cada día era dedicado a una planta, un mineral, un animal o una herramienta.