El ministro de Economía de Argentina y candidato presidencial, Sergio Massa, viajará la semana próxima a Washington para reunirse con representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo confirmó también que ya ha contactado con el ultra Javier Milei.

El Directorio del organismo tiene previsto reunirse el próximo miércoles para aprobar desembolsos para Argentina en dos tramos por un total de 10.000 millones de dólares (unos 9.171 millones de euros) -unos 7.500 millones de dólares este mismo mes y el resto en noviembre-, aunque el Gobierno argentino aspira a que sean un total de 10.750 millones de dólares (8.000 de los cuales corresponderían al tramo de este mes).

El pasado 28 de julio, Argentina llegó a un entendimiento con el FMI a nivel de personal técnico (staff) sobre la quinta y sexta revisiones del acuerdo de facilidades extendidas firmado con el organismo en marzo de 2022 para refinanciar deudas con el FMI por unos 45.000 millones de dólares contraídas en 2018, durante el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019).

Las revisiones deben ser aprobadas por el Directorio, que aplazó este paso hasta el miércoles próximo, esperando a que Argentina celebrara el domingo pasado elecciones primarias con vistas a las presidenciales de octubre.

Debido a ese aplazamiento, Argentina debió echar mano de yuanes provenientes de un acuerdo «swap» con China y fondos de un préstamo por 1.000 millones de dólares de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina para afrontar el 31 de julio pasado un vencimiento con el FMI por 2.700 millones de dólares.

Pocos días después, el 4 de agosto, Argentina debió acudir a un préstamo por parte de Qatar para afrontar otro vencimiento de deuda, esta vez por unos 750 millones de dólares, con el FMI y así evitar entrar en mora con el organismo internacional.

Sucede que Argentina, que sufre severos desequilibrios macroeconómicos, atraviesa una crítica situación en la posición de reservas monetarias del Banco Central.

De acuerdo a cifras oficiales, las reservas internacionales de Argentina cerraron el martes en 23.677 millones de dólares, marcando que en lo que va del año se perdieron 20.921 millones, una caída que el Gobierno de Alberto Fernández achaca al golpe que la severa sequía que sufrió el país propinó a las exportaciones agropecuarias.

Pero para consultores privados y firmas de inversión, el nivel de reservas netas es incluso negativo (-10.000 millones de dólares).

MILEI TRANQUILIZA AL FMI

Los comicios finalmente llegaron y con un resultado sorpresivo: el ultra Javier Milei obtuvo un 30% de los votos, mientras el frente opositor Juntos por el Cambio, liderado por la dirigente de centroderecha Patricia Bullrich, cosechó un 28,27%, y el oficialismo, que lleva como candidato a Massa, un 27,27%.

El lunes, tras los comicios, el Ejecutivo devaluó un 22% el tipo de cambio oficial, una medida que reclamaba el FMI y que Massa se resistía a adoptar antes de las elecciones.

Tras la decisión de devaluar, el FMI -mediante un comunicado de su portavoz, Julie Kozack- dijo valorar «las acciones de políticas recientes de las autoridades» argentinas y confirmó que el 23 de agosto el Directorio del organismo se reunirá para aprobar nuevos desembolsos que Argentina aplicará a pagar vencimientos al propio Fondo Monetario Interacional.

Fuentes del FMI confirmaron a Efe que el organismo ha establecido ya un contacto con Milei, como lo hace «de manera regular» con un «amplio rango de referentes políticos y económicos» de distintos países, incluidos candidatos presidenciales.

Para el organismo internacional, estos contactos son «importantes para el entendimiento de los puntos de vista y opiniones del Fondo y de sus miembros sobre los objetivos generales y las políticas clave de los programas respaldados por el FMI».

El Fondo confirmó así lo que avanzó ya el propio Milei en una entrevista. «Contactaron (del FMI) a mi hermana para tener una reunión, estamos viendo cómo encararla», dijo en declaraciones a Radio La Red, en las que recordó que el programa económico que él propone es «mucho más duro» que el acordado con el FMI, por lo que «no tendría que ser un problema».