Daniel GALVALIZI
ELECCIÓN DE LA MESA DEL CONGRESO

Vascos y catalanes blindan la Mesa para PSOE y Sumar

El pacto con los soberanistas catalanes pone el eje en la lengua y en comisiones parlamentarias que Ferraz no vetará. PSOE y Sumar se quedan con cinco de los nueve cargos de la Mesa. Coalición Canaria se alía con el PP, que quiebra su relación con un Vox que vota por su cuenta. Francina Armengol, nueva presidenta del Congreso.

La diputada de Junts Miriam Nogueras durante el pleno. Al fondo, Bel Pozueta e Iñaki Ruiz de Pinedo, de EH Bildu.
La diputada de Junts Miriam Nogueras durante el pleno. Al fondo, Bel Pozueta e Iñaki Ruiz de Pinedo, de EH Bildu. (Alberto ORTEGA | EUROPA PRESS)

El bloque progresista y plurinacional sorteó con éxito el primer alto en el largo camino a la investidura. Tras días de tensión en los que no se alcanzaba un acuerdo, por la mañana salía el sol para Pedro Sánchez: comenzaban temprano los rumores sobre un principio de pacto con Junts, cuyo voto era clave para desempatar los bloques y garantizar que en el Congreso no quedaran al mando PP y Vox.

Poco menos de una hora antes del comienzo de la sesión de constitución de las Cortes a las 10.00, GARA confirmaba los rumores por fuentes de la cúpula de Junts: había acuerdo y la lengua catalana sería un eje central del mismo. Los 14 diputados de ERC y del grupo que responde a Carles Puigdemont comparten varios intereses estratégicos y es en esa zona común en la que los negociadores de Sánchez buscaron el acuerdo, que desprende una música agradable también a oídos vascos.

En primera instancia, el catalán, el euskera y el gallego pasarán a ser lenguas vehiculares en el Congreso y podrán ser utilizadas en los discursos públicos, vía cambio del reglamento. Además, el Gobierno ha pedido a Bruselas que las lenguas cooficiales puedan ser empleadas en la UE.

Segundo, el PSOE y Sumar se comprometen a no poner trabas a una investigación parlamentaria para fiscalizar el «caso Pegasus» de espionaje a políticos independentistas y tampoco a una comisión sobre los atentados del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils. Otro plato fuerte es un asunto sensible: la amnistía.

Si bien JxCat comunicó a media mañana, mientras se estaba votando a las autoridades del Congreso, todas estas medidas, lo de la amnistía causó ruido entre dirigentes del PSOE preguntados por la prensa en sede parlamentaria. Fuentes de la formación se ocuparon de aclarar: no se prometió ya la aprobación de una amnistía, sino que los dos partidos mayoritarios del bloque no frenarán en la Mesa las iniciativas al respecto.

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, explicó a los medios tras la sesión que esa misma mañana había «solicitado la reforma del artículo 1/58 para que se incluya» el uso de las lenguas cooficiales, algo que se tratará el 19 de septiembre en el Consejo de Asuntos Generales.

«Las tres lenguas ya se usaban en casi todos los trámites por los acuerdos administrativos alcanzados, pero faltaba el Parlamento», señaló.

ARMENGOL, PRESIDENTA

La expresidenta autonómica de Illes Balears, Francina Armengol (PSOE), se convirtió ayer en la segunda mallorquina en presidir el Congreso (el primero fue Félix Pons, en tiempos de Felipe González). La aún líder del PSIB fue votada por su partido, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG (178). La candidata del PP, Cuca Gamarra, obtuvo 139 votos.

De los 9 cargos de la Mesa del Congreso, 5 han quedado en manos de PSOE y Sumar y 4, en las del PP. Los andaluces Alfonso Rodríguez Gómez (PSOE) y Esther Gil (Sumar) fueron los elegidos por el bloque progresista para ocupar las dos vicepresidencias que le corresponden, mientras que Martha González y José Bermúdez de Castro ocuparán las correspondientes al PP. De las cuatro secretarías, habrá una del PSOE; otra, de Catalunya en Comú y dos, del PP.

La sucesora de Mertixell Batet tiene dos características comunes con quien le ha entregado la cartera: es mujer y catalanohablante. Como reflexionaba en conversación con GARA un dirigente soberanista que trabajó cerca de Armengol, la mallorquina encajaba en las necesidades estratégicas de Sánchez.

La ocho años presidenta balear estuvo enfrentada a Sánchez en las primarias en las que éste ganó a Susana Díaz. Armengol apoyó a Patxi López y, en 2015, asumió el Ejecutivo con un tripartito histórico (el Pacto de Bellver fue el primero entre PSOE, Podem y soberanistas baleares) habiendo obtenido, además, el peor resultado de la historia del PSIB. Pero construyó un liderazgo sólido que se consolidó en la pandemia.

Quienes la conocen afirman que está segura de que perdió el Govern porque la sociedad votó en clave estatal y no autonómica, y que sus resultados fueron casi idénticos a los de 2019, pero el ascenso del PP y la caída de Podem la acabó dejando sin mayoría suficiente. Sánchez decidió llevarla en la papeleta del 23J y, por tanto, ella renunció a su escaño en el Parlament.

En su primer discurso oficial, hizo una enfática reivindicación de la lucha contra la violencia machista y la desigualdad entre géneros, además de una defensa de las lenguas. Además de leer un poema en catalán y anunciar que permitirá el uso de «todos los idiomas desde esta misma sesión», lo cual muestra «a la España real», dijo ser consciente de «la complejidad del contexto». Pidió «abandonar los miedos y escapar de posiciones uniformes», y aseveró que la pluralidad es la «gran riqueza» del Estado español.

QUIEBRE EN LAS DERECHAS

La sorpresa de la jornada fue el conflicto inesperado entre el PP y Vox. Tan así que cuando se comenzó a escuchar a la presidenta de la sesión, Cristina Narbona (PSOE), mencionar el nombre de Ignacio Gil Lázaro votado por varios diputados, surgieron murmullos y caras de intriga.

Poco después se supo el motivo: la ultraderecha se desmarcó de los candidatos de Feijóo porque Génova no quiso votar ningún nombre propuesto por Vox y los dejó fuera de la Mesa. Por tanto, por la diferencia de votos, el PP se quedó con 4 de los 9, es decir, casi la mitad de los asientos en disputa (una sobrerrepresentación si consideramos que tiene bastante menos de la mitad de los escaños de la cámara, 136 de 350).

Vox informó de que la decisión de no apoyar a los del PP se debió a que, minutos antes de la sesión, Génova anunció que no ayudaría a que tuviera un miembro en la Mesa. Fuera de micrófono y sin ocultar su rabia, señalaron que la decisión se basó en la información del acuerdo con Junts, al ver la posibilidad de quedarse con cuatro en vez de ceder uno.

«Queremos explicaciones», dijo Santiago Abascal en rueda de prensa, y expresó su preocupación tras el pacto del otro bloque y su deseo de impedir la investidura de Sánchez. Calificó de «golpe de Estado» un posible Gobierno del PSOE acordado con «el prófugo de la Justicia» Puigdemont. Tras unos días de mayor cuidado, el líder ultra volvió a su tono bronco.

Lo cierto es que el miércoles por la tarde Feijóo aseguraba contar con 172 votos y acabó la jornada con 139. Tuvo a favor a Coalición Canaria (CC), cuya diputada, Cristina Valido, explicó que su formación decidió votar por Gamarra porque el PP aceptó firmar los 50 puntos de lo que llamó «la agenda canaria», mientras que el PSOE «dijo que no iba a negociar nada con nadie cuando se sabe que no era cierto».

Igualmente, CC dejó abierta la puerta a negociar su voto para la investidura, ya que Feijóo salió duramente derrotado de la sesión.

Yolanda Díaz señaló que el líder gallego «está aislado, con un liderazgo que se apaga y un PP cada vez más solo».

LA NEGOCIACIÓN, AHORA

Del lado soberanista, tanto vascos como catalanes recordaron que una cosa es la Mesa del Congreso y otra la investidura. «La verdadera negociación empieza ahora», apuntó la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua. Consideró que el entendimiento de ayer marca un «buen punto de partida», pero recordó que PSOE y Sumar se tendrán que «empeñar» para lograr su apoyo.

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, coincidió en que «todavía hay mucha tela que cortar» y que no será fácil, ya que «hay muchos intereses que contentar». Reiteró, igual que EH Bildu, su voluntad para hablar y negociar, pero subrayó que su apoyo no está todavía garantizado. «Hay que echar a andar las cosas», concluyó en rueda de prensa.