El presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió ayer sobre un «riesgo de debilitamiento» de Occidente, y «más particularmente de nuestra Europa», en un escenario internacional que «se ha endurecido bastante» y «se está complicando».

«Debemos ser lúcidos, sin ser excesivamente pesimistas», señaló ante los embajadores galos reunidos en París, citando en particular la «dilución de nuestra población» y de «nuestra riqueza en el comercio mundial» debido a «la aparición de (nuevas) grandes potencias internacionales».

Consideró que la Unión Europea (UE) necesitará una mayor integración institucional y de muchas de sus políticas, como en defensa, clima, tecnología o economía, para poder afrontar una ampliación que dé más estabilidad al continente, y una forma de hacerlo podría ser admitiendo «varias velocidades», citando expresamente a los Balcanes. Indicó que tendrá que afrontar «un doble movimiento» y que «el riesgo sería replicar lo que ya hicimos, es decir, la ampliación sin la integración». Abogó por «una política comercial más realista» para «defender la base productiva europea», como ya hacen China o EEUU.

«Hay un cuestionamiento gradual de nuestro orden internacional (en el que) Occidente tenía y todavía tiene un lugar preponderante», subrayó. Este cuestionamiento resulta, dijo, del retorno de la guerra, particularmente en Europa tras la invasión rusa de Ucrania, e insistió en la necesidad de «evitar una partición del mundo» en torno a la guerra en Ucrania, mientras los Estados del sur se niegan a condenar a Rusia. «Debemos evitar una narrativa que consistiría en decir: es vuestra guerra como europeos, no nos concierne», sostuvo.

NI «PATERNALISMO» NI «DEBILIDAD»

Se refirió también al cuestionamiento de Occidente por el surgimiento de una «política del resentimiento» de Asia a África, que se alimenta del «anticolonialismo, reinventado o fantaseado» y de un «antioccidentalismo instrumentalizado», declaró.

Rechazó cualquier «paternalismo», pero también cualquier «debilidad» en África. «La debilidad que algunos han mostrado respecto a los golpes de Estado anteriores ha alimentado las vocaciones regionales. Hay una epidemia de golpes de Estado en todo el Sahel», lamentó, en referencia a las asonadas en Mali, Burkina Faso, Guinea o Níger.

Llamó a los países de la región a tener una «política responsable» e insistió en su apoyo a la «acción diplomática y, cuando lo decida, militar» de la Cedeao (Comunidad Económica de África Occidental).

Y confirmó que el embajador francés permanecerá en Níger pese al ultimátum dado por las «autoridades ilegítimas» en el poder -en referencia a la Junta golpista que el 26 de julio derrocó al presidente Mohamed Bazoum- con el argumento de «las acciones del Gobierno francés (…) contrarias al interés de Níger».

INTEGRACIÓN AMAZÓNICA

Emmanuel Macron, por otro lado, solicitó a los ocho Estados amazónicos (Brasil, Perú, Bolivia, Colombia, Venezuela, Guyana, Ecuador y Surinam) la integración del Estado francés en la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), al estimar que forma parte de la región a través de la Guayana francesa, que alberga el 1,1 % de la superficie amazónica.

Insistió en que quiere que Brasil y las potencias de la región acepten su candidatura y en que el Estado francés es «una potencia amazónica a través de la Guayana».