Jon ORMAZABAL
ALAVÉS

La arbitrariedad del VAR castiga a un Glorioso mimetizado con su rival

La diferencia de criterios a la hora de evaluar el manotazo que Abqar propinó a Latasa en el área albiazul y el que Guridi recibió de Djené en la azulona, permitió a Borja Mayoral decantar en el minuto 81 un partido en el que ambos equipos se anularon.

Benavidez cae ante la entrada de Damián, un suplicio para todo el ataque albiazul.
Benavidez cae ante la entrada de Damián, un suplicio para todo el ataque albiazul. (Jorge ROPERO | AGENCIA LOF)

Por mucho que la ecuanimidad sea su horizonte, la objetividad de la tecnología depende de la arbitrariedad con la que se emplea y la diferencia de criterios a la hora de evaluar el manotazo que Abqar propinó a Latasa en el área albiazul y el que Guridi recibió de Djené en la azulona en el descuento desniveló un partido en el que el Alavés consiguió mimetizarse al Getafe. Mayoral no perdonó desde los 11 metros y los de García Plaza volvieron a regresar de vacío sin haber sido demasiado inferiores a dos equipos de su liga.

Antes del comienzo del partido la afición local recibió un premio como la mejor de la pasada temporada y, sin llegar a entender los criterios con los que se entregan estas distinciones, es indudable que alguien que paga por presenciar 18 partidos como el de ayer se merece una recompensa.

«PATADÓN PARRIBA»

Porque por mucho que jugara en casa y no había marcado todavía un gol en toda la temporada, Bordalás no se apartó un milímetro de su credo y, con un once muy físico, lo confió todo a colgar balones a Latasa y esperar el error del contrario.

Y, salvo un error en una entrega de Guevara a Sivera que Mayoral no aprovechó, con Kike García de referencia, el Alavés se defendió sin agobios ante el juego directo local.

Tras 45 minutos de balonazos de aquí para allá, el partido se abrió algo en la reanudación y mediada la segunda mitad el Alavés tuvo sus opciones; Alkain y, sobre todo Abqar, de cabeza, y siempre a balón parado, estuvieron cerca de adelantar a los de Luis García Plaza.

Bordalás cambió entonces algo el guión con la entrada de Aleña y Portu y un juego menos directo y, más por insistencia que por calidad, los locales lograron embotellar al Alavés en su área hasta encontrar petróleo en el VAR.