Raimundo FITERO
DE REOJO

Es muy difícil fiarse

Llevo un tiempo escuchando con demasiadas tonalidades manifestaciones de un estado de opinión. Todo empieza por un “no me fío…” y a partir de ahí puede colocarse cualquier institución, situación, profesión o destino en lo universal. Es verdad, cada vez se hace más difícil fiarse del vendedor de seguros, del peso de la hogaza de pan, de la cantidad de pañuelos de papel que hay en cada paquetito, del diagnóstico de la clínica dental o de los medios de comunicación precisamente.

Pongamos en el alto del reto de los sospechosos a los informes bancarios, los informes de la Guardia Civil, las noticias en exclusiva de la prensa de la trinchera más desvergonzada y de derechas o los considerandos de un buen número de jueces en sus sentencias imaginativas tan inspiradas en los argumentarios de los que están deseando dar un golpe de timón a la situación desequilibrada de la democracia parlamentaria sustentada en una monarquía tan sospechosa que es capaz de dar excusas no pedidas tras la compra de acciones de Arabia Saudí.

Lo de los medios de comunicación es una escalada hacia la desinformación y el descrédito. Deberían medir sus pasos, porque se precipita todo hacia un blanco y negro deficitario de incentivos democráticos. La justicia de partido en onda con la policía patriótica es un auténtico estado excepción golpista. Para intoxicar y paralizar a la gente más ingenua usan los medios y periodistas afines bien cebados, los obvios y los camuflados. Estos últimos son los peores, engañan de manera doble, confundiendo expresa y sibilinamente. Solidaridad con Marruecos.