El nuevo San Mamés se inauguró el 16 de septiembre de 2013 con un ziri-miri nostálgico de aquel Bilbo gris en un lunes por la noche. Diez años después, más de 25 grados y un sol contundente de un sábado al mediodía. Hace tiempo que la televisión que paga impone los horarios sin tener en cuenta la idiosincracia del lugar. Antaño la ciudad se paralizaba a la hora de comer, pero ayer casi 43.000 personas se dieron cita en el estadio.

Una efeméride así siempre trae recuerdos. Aitxitxe Karraspio nos decía a los nietos cuando nos llevaba a la vieja Catedral que el viento sur era el peor rival para el Athletic. Los tiempos cambian y el equipo bilbaino también sabe moverse en la nueva Euskal Herria tropical que idealizó Hertzainak en los ochenta y canta Gatibu en su último disco. Los tres goles, de tres delanteros diferentes, y la superioridad mostrada ante un equipo, en teoría más acostumbrado a las altas temperaturas, así lo atestiguan.

La liturgia para acudir al campo y la esencia se mantiene con poteos en los alrededores de San Mamés. De crío el olor a puro se te metía hasta dentro tras pasar por el Rhin, un bar de otra época que está en venta. Ahora está prohibido fumar y el colorido de camisetas rojiblancas revela a los turistas que juega el Athletic. El amarillo de los cadistas también aportaba su punto.

ACIERTO Y FORTUNA

Valverde se sentó en el banquillo en el estreno del nuevo estadio. Victoria por 3-2 ante el Celta con goles de San José, Iraola y Beñat. Aquella temporada se jugó sin fondo sur y el campo en construcción. El equipo acabó en Champions liderado por un Aduriz que hizo 16 goles en Liga. Seguro que más de uno se acordó del delantero donostiarra en la primera mitad cuando Sancet remató al larguero en dos ocasiones claras. Costó abrir el marcador hasta el ecuador de la segunda parte, pero el Athletic no cayó en la desesperación.

A Guruzeta hasta le sacaron un balón bajo palos. Parecía que era imposible batir a Ledesma hasta que De Marcos corrió por la banda derecha y puso un centro medido que Guruzeta cabeceó a las redes. El donostiarra lleva ya tres goles. Fue sustituido y Villalibre se encontraba con el gol nada más salir. Para disfrute de la grada, el choque se cerró con el tercer tanto de Williams. Asimismo, Yeray dispuso de sus primeros minutos. Berenguer sustituyó a Nico Williams en el once y los goles llegaron tras la entrada de Muniain en la segunda mitad.