Amparo LASHERAS
Periodista
AZKEN PUNTUA

Urge contener la desmemoria

Dos números, un mes y un año. 27 de setiembre de 1975. El día que la dictadura de Franco marcó en rojo para fusilar a dos militantes de ETA, Txiki y Otaegi y a tres del FRAP, Baena, Sánchez Bravo y García Sanz. «Compañeros poetas - preguntaba Silvio Rodríguez en una canción- tomando en cuenta/lo implacable que debe ser la verdad/ quisiera preguntar qué debiera decir…». Esta canción la escribió Silvio para los patriotas cubanos que, en 1961, murieron en Playa Girón por defender la independencia de Cuba ante el imperialismo de EEUU. Aunque sus palabras vienen de lejos y de otro lugar, me sirven para preguntar qué contar después de tantos años. Siento que, como decía Silvio, «me urge», me apremia la necesidad de escribir desde el recuerdo para contener la desmemoria de los que están y también de los que vendrán. La radio anunció los fusilamientos en el parte de la noche. Franco había firmado la orden y el locutor, lacónico y frío, solo mencionó los nombres, los lugares y el momento en que se llevarían a cabo, al amanecer, en el primer instante del día. Los disparos, sin escucharlos, se quedaron en la memoria de nuestros dolores humanos y políticos. Al día siguiente, por la tarde, acudimos a la Virgen Blanca. Gritamos hasta que los grises empezaron a pegar y a meter gente en los furgones.