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Tiroteos y máxima tensión en Kosovo, que ha puesto fin al diálogo con Serbia

Después de que el diálogo mediado por la UE fracasara con estrépito, las fuerzas de seguridad de Kosovo rodearon ayer a 30 hombres armados, que horas antes habrían matado a tiros a un policía, en un monasterio de la aldea de Banjska. El primer ministro kosovar acusó a «criminales con apoyo político, financiero y logístico de Belgrado».

Policías de Kosovo hacen guardia Banjska después de que un agente muriera y otro resultara herido.
Policías de Kosovo hacen guardia Banjska después de que un agente muriera y otro resultara herido. (AFP)

A la hora de redactar estas líneas, diversas fuentes informaban de duros enfrentamientos en el monasterio de Leposavic entre fuerzas especiales kosovares y al menos una treintena de hombres fuertemente armados. Tiroteos, más víctimas - se hablaba de tres muertos y varios heridos y detenidos entre los atrincherados- y una espiral de violencia que amenaza con descontrolarse.

El tiroteo habría comenzado después de que la policía de Kosovo llegara a Banjska, cerca de la frontera con Serbia, donde se había informado de un bloqueo tras cruzarse varios camiones en la carretera. Cuando los agentes se disponían a levantar las barricadas, habrían sido atacados desde varias posiciones diferentes con «un arsenal de armas de fuego, incluidas granadas de mano y misiles disparados desde el hombro», dijo en un comunicado un portavoz del gobierno kosovar.

ESPIRAL DE TENSIONES

El primer ministro, Albin Kurti, informó inmediatamente de que habían conseguido rodear a los atacantes y que estos habrían encontrado refugio en un monasterio ortodoxo de la aldea de Banjska y les instó a rendirse. Añadió que los perpetradores y quienes dieron sus órdenes serían castigados. Al mismo tiempo, acusó a Serbia de respaldar lo que llamó un «ataque terrorista contra la soberanía de la República de Kosovo» en el que también resultó herido otro oficial. Condenó la «agresión abierta de Serbia hacia Kosovo» y pidió a los aliados del país que apoyen a Kosovo en el establecimiento de la ley y el orden.

Visto el cariz que han tomando los acontecimientos, la llamada «fuerza de paz» encabezada por la OTAN en Kosovo -conocida con el acrónimo KFOR- desplazó a sus tropas al área y dijo «estar lista para responder si es necesario». Serbia, por su parte, no ha realizado ningún comentario oficial sobre los hechos.

Las tensiones vienen aumentado en Kosovo, sobre todo tras los violentos enfrentamientos que siguieron a las elecciones municipales en mayo. Los disturbios se apoderaron del norte de mayoría serbia cuando se instalaron alcaldes albanokosovares, después de que los residentes serbios boicotearan las elecciones municipales.

Las conversaciones políticas mediadas por la Unión Europea y diseñadas para estabilizar la situación han llegado a un callejón sin salida, máxime cuando el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, culpó a Kurti por no haber dado luz verde e institucionalizado la asociación de municipios de mayoría serbia, que les daría más autonomía y más poderes.

DIÁLOGO EN PUNTO MUERTO

Más de una década de esfuerzos de mediación liderados por la UE, más recientemente en Moldavia -reunión a la que asistieron Emmanuel Macron y Olaf Scholz- y en Bruselas, no han logrado normalizar las relaciones entre los dos países. Belgrado se niega a reconocer la independencia de Kosovo -junto con los aliados clave de Belgrado, China y Rusia- , declarada en 2008 bajo un plan patrocinado por la ONU.

El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, en una entrevista publicada en “The Guardian” afirmó que la continua inestabilidad había convertido a la región en «un campo de juego para los juegos geopolíticos de la Federación Rusa y la República Popular China». Criticó públicamente a la UE por haber «perdido la neutralidad». Acusó a Aleksandar Vucic de insultarlo durante las conversaciones, lo que, según dijo, se había convertido en algo habitual sin que los mediadores hicieran ningún esfuerzo por detenerlo.«Ofende y maldice en serbio con bastante frecuencia -dijo-, se siente como un matón de escuela al que la administración escolar le está dando honores, excepto que en este caso el matón escolar cometió genocidio y es un aliado incondicional de Vladimir Putin».



«¿Si Ucrania reconoce Kosovo, le seguirán Grecia o España?»

Esa es la pregunta que se hacen en el círculo próximo al primer ministro kosovar, Albin Kurti, que es consciente del cálculo que prevalece en Occidente: el presidente serbio, Aleksandar Vucic, girará hacia su órbita y se alejará de sus aliados de Moscú y Pekín si presionan a Kurti y le obligan a aceptar las demandas serbias. Pero cabe hacerse otra pregunta: ¿Qué influencia puede tener Occidente sobre Serbia mientras cuatro miembros de la OTAN (Grecia, Rumania, Eslovaquia y estado español) todavía no reconocen a Kosovo?

Para superar el impasse entra en juego la «carta ucraniana». Kurti cree que si Ucrania reconoce Kosovo podría proporcionar el catalizador para persuadir a los cuatro países europeos que se resisten. Se lo ha planteado a Zelensky: «el reconocimiento por parte de Ucrania sería una profunda comprensión y solidaridad mutua contra la agresión autoritaria». GARA