Koldo LANDALUZE
CRÍTICA: «OPERACIÓN NAPOLEÓN»

Demasiado énfasis en un misterio que no lo es

Dirigida por el islandés Óskar Thór Axelsson y basada en el exitoso libro de Arnaldur Indriðason, “Operación Napoleón” aborda desde el thriller una historia que imagina las terribles consecuencias de una hasta ahora desconocida conspiración orquestada por el Tercer Reich. En clave de intriga y con un enigmático funcionario de la CIA, encarnado por Iain Glen, somos testigos del descubrimiento, en la actualidad, de un avión nazi intacto en el glaciar Vatnajökull de Islandia.

La película seguramente atraerá a un cierto tipo de aficionado al cine del género. No obstante, y a medida que la trama avanza y la película adopta un tono inesperadamente serio, esos mismos aficionados seguramente echarán en falta que no haya transitado por los terrenos, mucho más entrañables de la serie B. “Napoleón” hace referencia a la misteriosa carga del avión, que se dice que es tan poderosa como incomprensible. Las diversas teorías y conspiraciones en torno a la aeronave en sí resultan muy poco convincentes, sobre todo porque el avión es descubierto en los primeros minutos. A la abogada encarnada por Vivian Ólafsdóttir le corresponde unir las piezas de este rompecabezas mientras se enfrenta a quienes la persiguen. La película se beneficia del hecho de haber sido filmada en Islandia, un país cuyos paisajes nevados, manantiales termales humeantes y formaciones volcánicas de color azabache se han convertido en un recurso seguro para asegurar que los escenarios sean visualmente impresionantes. Más allá de su agreste y fascinante escenografía, el filme nunca levanta el vuelo debido sobre todo a una dirección que resulta demasiado atropellada y a un guion tramposo.