EDITORIALA

Bienvenidos sean los cambios que rebajen la incongruencia política y vertebren mayorías

Xabier Alkuaz, alcalde de Tafalla, es el nuevo presidente de la Federación Navarra de Municipios y Concejos (FNMC) gracias a la amplia representación que tiene EH Bildu en Nafarroa. Su perspectiva municipalista ayuda, porque decenas de electos independientes ven ahí una alianza para defender sus intereses de forma cooperativa. No es una solo una cuestión ideológica, las formas y el trato suponen mucho en este terreno. Sin ánimo jotero, Tafalla y su alcalde son buenos candidatos a un cargo así.

El resto de fuerzas que propiciaron el cambio político en Nafarroa saben que esta elección es lógica en clave democrática. Entienden que intentar marginar a EH Bildu no está bien. De hecho, algunos cargos que ostentan decaerían si hubiese un reparto de poder más equitativo y coherente con el resultado en las urnas. Geroa Bai, que votó a favor de Alkuaz, prefería a un independiente por razones partidistas obvias.

Es significativo el cambio de postura del PSN, que por fin apoyó a la lista más votada de entre las fuerzas progresistas. Hay que recordar que hace tan solo unas semanas ese partido hizo el ridículo en la Mancomunidad de Iruñerria. Finalmente el independiente David Campion sigue siendo presidente, gracias al apoyo de los representantes de EH Bildu, Geroa Bai, Contigo-Zurekin e independientes. El PSN se desmarcó por creer que les correspondía ese cargo, a pesar de no tener los votos ni voluntad de negociarlos.

REPRESENTANTES ARROGANTES DE UNA MINORÍA

No se puede olvidar que UPN tenía alguna opción en la votación de la FNMC porque retiene las alcaldías que le cedió el PSN en ayuntamientos importantes. Aunque los votos del PSN no eran determinantes, hizo el gesto de dárselos a Alkuaz. Algo ha cambiado.

Claro que la alternativa era Alejandro Toquero, el alcalde de Tutera y candidato a liderar UPN en medio de la crisis de la derecha en Nafarroa. Toquero se ha posicionado como el azote de la lehendakari María Chivite, lo que le ha dado votos en su pueblo pero un perfil muy negativo a ojos de la mayoría de la sociedad navarra. No se puede liderar una población que en gran parte te repele y a la que no le gustas. Ser un impertinente tampoco es una fórmula ganadora para que te voten quienes no te deben nada.

Algo parecido le ocurre a Cristina Ibarrola, solo que, al menos en Tutera, Toquero representa a una mayoría. Ibarrola es la alcaldesa de la minoría (11 electos de 27), aunque ejerza como si tuviera mayoría absoluta. Tras años sin aprobar un presupuesto, estos cien nuevos días de parálisis y soberbia han provocado que Chivite hable de «hartazgo» y Elma Saiz de situación «insostenible».

RESTAR ESPACIO A LA INCONGRUENCIA POLÍTICA

Haya o no investidura en Madrid, la legislatura navarra está en marcha. Se está demostrando qué lógicas políticas tienen sentido y recorrido, y cuáles están destinadas al fracaso. Por cálculo o por consigna, pero en todo caso atendiendo al sentido común, se están abriendo espacios que responden a las mayorías.

Mientras tanto, al otro lado de la Autovía de Sakana y de la A15 hay quienes se empeñan en recrear de forma torticera escenarios del pasado, solo para no rendir cuentas sobre el presente e intentar retrasar el futuro. De poco sirve expulsar a Nicolas Redondo Terreros si luego se sostienen sus prejuicios sociolingüísticos. Ceder a las presiones de lobbys españolistas no aporta nada a la convivencia. Apoyarse en el PP es un error. Forzar el desacuerdo para fingir escándalo no es constructivo. No se puede ser tan moralista y tan parcial al mismo tiempo.

No es tiempo de incongruencias, paranoias y exageraciones. La sociedad vasca merece que su clase política actúe con honestidad y seriedad.